¿Cómo reaccionarías si un día empiezas a notar algo fuera de lugar en tu cuerpo?, ¿qué harías si las señales de tu cuerpo y tus doctores te dicen que es algo que tendrás que aceptar?.
Esta historia narra un escenario donde me gusta imaginar que de poco a poco mi cuerpo se va convirtiendo en la de una mujer y trato de elaborar cómo sería mi vida después de este suceso, cómo es que pasó esta transformación y cómo altera mis hábitos diarios.
Edit 2021: añadí más historia, arreglé errores de ortografía y redacción con la intención de eventualmente hacer una continuación.
Parte I
Prólogo
Hace un par de años, mi vida (y mi cuerpo) tomó un drástico cambio al pasar por una transición compleja y difícil de entender.
Soy una persona dedicada, decidida y, a veces, testaruda. Ésta última cualidad fue la que me detuvo a ver todo este camino como lo era, algo que yo no tenía control y algo que tuve que haber aceptado desde el principio para poder tomar todo esto de manera más sencilla.
No hay mucho que saber de mi, recientemente me cambié de ciudad por cuestiones laborales, pudiera decir que me agradaba mi estilo de vida que llevaba tanto laboral como personal. Siempre mantuve cierta reservación y a veces era algo incómodo en situaciones sociales con mucha gente, simplemente no lograba esa conexión con los demás y no sabía porqué me agradaba más la compañía de mis amigas que de mis amigos, nunca me expliqué porqué pero no me puse a discernir, solo lo tomé como era; como si algo me decía que las cosas no eran así. Después de todo lo que me pasó, entendí porqué.
Pensándola bien, es sorprendentemente cómo en un año dejé una vida que conocía y todo cambió por otra totalmente diferente… Aquí mi relato de todo estos cambios.
Todo empezó hace un año por una mañana.
Las primeras señales
Me gusta planear mis actividades en la mañana y tiendo a seguirlo arduamente, siento que es más productivo el día así. Mi rutina es típica, normalmente hago ejercicio por la mañana y luego regreso a la casa para bañarme y prepararme para el trabajo, es una rutina que me tomó tiempo ejercer pero felizmente ya la puedo seguir sin problema.
Me despierto como cualquier otro día, hago mi ejercicio y regreso a la casa para prepararme para mi trabajo, esta mañana decidí bañarme con el propósito de afeitarme el pecho. Como no me sale mucho vello, no me gusta cómo se ve con uno o dos parches disparejos, entonces prefiero quitármelos. Durante esta sesión de afeitada, noto que mis areolas se han vuelto más pronunciadas que de costumbre, incluso más coloridas, anteriormente ya lo había notado pero pensé que era debido al frío o alguna quemada de sol pero creo que ya es era hora de ir al doctor para descartar cualquier cosa, ya que pensé antes pensé que se me regresaría a su normalidad.
Hago una cita y prosigo mi día de manera normal, sin darle mayor importancia a mi pecho.
Un par de días después, mientras me alisto para ver a mi doctor, noto que al tratar de ponerme uno de mis pantalones favoritos, que son justos tipo skinny, como que ahora me aprietan alrededor de la cadera. Pero según yo no estoy subiendo peso, me fijo en el espejo para ver si noto algo diferente en cuanto a grasa pero no logro ver algún cambio en mi barriga o nalgas, que es donde más noto cuando subo de peso, lo apunto como algo que sería bueno comentarle al doctor y simplemente me pongo otros que no sean tan justos.
Cuando llego al consultorio, todo es tan rutinario como siempre lo son las visitas al doctor, como tengo seguro médico, ya me es costumbre hacer mis visitas periódicas para ver cómo estoy de salud. Ya en su oficina, me acerco a mi doctor para contestar las típicas preguntas que hacen regularmente, después le comparto mi inquietud que tengo sobre mi pecho y que he notado que he subido de peso.
-¿Has estado comiendo bien o haciendo algún otro tipo de ejercicio que de costumbre?, te noto un poco más delgado en tus brazos-, me comenta al estar inspeccionando.
-No lo había notado, de hecho vengo a verlo para que me vea mis areolas, que las noto raras,- No esperaba su comentario pero ahora que lo menciona, sí sentía que me veía más delgado en otras partes de mi cuerpo, sobre todo en mis brazos… y tanto que me esfuerzo para tenerlos más musculosos.
-No te preocupes, vamos por pasos. Deja ver tus areolas, ¿te puedes quitar la camisa?-, me comenta mi doctor.
-Empecé a notarlo como una semana pero pensé que era por algo que comí o por el sol, no sé-, le comenté añadiendo.
Mi doctor me hace algunas otras preguntas sobre si estoy usando algún nuevo producto de piel o si me estaba afeitándome de más, provocando irritaciones innecesarias o posiblemente una alergia, lo cual le respondía que no; que he llevado todo normal hasta el momento.
Él siguió haciéndome más preguntas y revisándome pero no encontró alguna señal preocupante entonces me ordenó un análisis general de sangre, por si las dudas. Mi temor hipocondríaco de ser algún cáncer siempre está presente, le comento si son síntomas de que lo fuera pero me asegura que no, al menos que tuviera otros señales, que no me preocupara.
Salgo del consultorio con alivio y aprovecho el resto de la tarde libre para correr y hacer otros pendientes.
Al estar haciendo una rutina en los escalones, llegó un momento en que no medí la distancia de unos y pierdo mi balance cayendo de nalgas al piso, dejándome un ligero dolor alrededor del coxis pero nada que me arruine mi corrida, ya me he caído anteriormente. Por cada paso que hago durante el resto del día me recuerda el dolor, quitándome de la mente las órdenes del doctor y el motivo de la consulta, mejor camino…
El resto de la semana me levanté tarde y no me di la oportunidad para revisar cómo va lo inconveniente del pecho ni para ir a sacarme sangre para mis estudios, sólo el recuerdo de la caída que me di de vez en cuando, aparte mi doctor me dijo que no había problema.
Los análisis
Pasó ya una semana después de esa visita con el doctor, un día al estarme alistando para ir a trabajar, me fijo en el espejo y veo que mis areolas no regresaban a su tamaño normal, las toco para ver si su sensibilidad bajó pero hasta las siento más sensibles, termino de arreglarme y me voy. Estando ya en mi trabajo, hice un movimiento que me recordó el dolor en mi coxis y ya decidido le marco a mi doctor para comentarle de lo sucedido en el parque y me recomendó que me hiciera una radiografía… otra vez. Como ya me he caído anteriormente, no se me hizo extraño que me lo vuelva a pedir. Programo la radiografía para el siguiente día y termino mi día como cualquier otro.
El procedimiento de la radiografía fue típico. Mientras me desvestía, no podía dejar de notar mi pecho, las areolas pareciera que estaban volviéndose más obscuras y mis pezones los notaba ligeramente más anchos… ¿y alargados?… si ni tenía frío.
Al volverme a vestir, noté que ahora el pantalón que traía puesto ya no lo tenía tan suelto como de costumbre, ¿la secadora lo encogió?, ahora los siento algo apretados, ¿cómo es que no me di cuenta en la mañana cuando me lo puse?. Al verme con detenimiento, noto que mis nalgas se ven ligeramente más pronunciadas, trato de hacer memoria por si he estado comiendo más pero no, he estado llevando la misma dieta y no me he sentido que he estado subiendo de peso.
-Listo, le mandaré los resultados a tu doctor-, me comentó el técnico. -y no olvides hacerte los estudios de sangre, ¡aquí dice que te los pidieron ya hace una semana!-, añadió.
-Gracias-, le comenté, ya lo había olvidado.
Termino vestirme y paso para que me hagan el estudio de sangre y alcanzar a mi cita con el doctor, ver qué sale.
Dos días después regreso a ver la interpretación de mis estudios. Al llegar, el doctor me estaba esperando con una copia de las radiografías y los análisis, cosa que no había hecho antes, normalmente yo soy el que anda esperando.
-Me puse a revisar tus análisis comparándolos con los del año pasado-, me dijo con un tono confundido.
-También pedí una copia de tus radiografías de aquella vez que te caíste el año pasado, ¿recuerdas?-. Sí, recuerdo esa vez que me caí, fue algo vergonzoso pero me empezó a poner nervioso con el tono que me estaba hablando.
El doctor agarró ambos estudios y comentó: -No sé que pensar de tus resultados, comparando ambos de dos diferentes años-, continuó su expresión de confusión, -parecen de dos diferentes personas-, se detuvo unos segundos para aclarar su garganta, -y de diferente… sexo-.
-¿Qué?-, exclamé con toda una plétora de dudas que fueron creadas en ese momento, -¿porqué dice eso?-. Y yo pensando que venía a otra cosa.
-Tus hormonas-, indicó, -¿conoces el estrógeno y progesterona?-.
-Claro-, exclamé, -es la hormona de la mujer, ¿pero eso qué tiene que ver?-.
-Sí, algo así. El hombre también tiene pero no en los mismos niveles como los de la mujer-, me aclaró. -Verás, comparando tu último análisis junto con este otro-, sacó de un sobre otro análisis y lo puso lado a lado con el mío. -En general, estás saludable, no hay algún indicador preocupante-, dio la vuelta a ambos resultados, -pero lo raro aquí son tus niveles de estrógeno, progesterona y testosterona-, agarra un marcador para resaltar ambos resultados. -Si leyera estos resultados sin saber de quién son, diría que esta persona está pasando por su pubertad… femenina.
Quedé en silencio.
¿Qué significa esto?
-Ahora quiero saber porqué tienes los niveles así y tratar de regresarlos a un nivel normal para tu sexo y edad-, el doctor logró quitar su expresión de confusión para finalmente decirme, -de mantenerlos así puede que se empiecen a surgir ciertos inconvenientes, como adaptar un cuerpo más femenino-
-¿Cómo, me está diciendo que me voy a volver más sensible de lo que ya me siento de mi piel?-.
-No, estoy diciendo que si no logramos estabilizar de acuerdo a tus niveles de hombre, puede tenga un efecto en el desarrollo de tu cuerpo y empieces a notar más cambios-.
Me quedé sin palabras, no podía creer lo que me acaba de decir.
-No tengo especialidad en endocrinología, pero estos niveles de hormonas justifican tus cambios fisiológicos, pero me temo que…-, se quedó unos segundos sin hablar, como si estuviera pensando qué decir.
-¿Qué?-, le pregunté totalmente confundido.
Se levanta de su asiento y camina hacia la pared donde estaban mis radiografías y explica, -Me comentaste que ya no te quedan algunos pantalones-, prende la luz para ver con mayor detalle las radiografías, -No estás engordando, tus caderas han estado cambiando, haciéndose más anchas. No es mucho el cambio pero ya a tu edad ya no debería de haber cambios pero es presente-, saca otras radiografía y la pone junto a la mía, -tu pelvis se está expandiendo, está tomando una forma parecida a esta-, apuntando a la nueva radiografía, -esta proviene de una paciente unos pocos años más chica que tú-.
¿Chica?, ¿quiso decir chico?.
-Antes de que vinieras, le platiqué a un colega de tus resultados, todo con confidencialidad, claro-. Me aclaró para que no me preocupara más de lo que ya estaba pero al escuchar la palabra confidencial lo hizo sonar más serio.
-Mi colega me recomendó que te hagas otro examen de sangre específico-.
-¿Exámenes de qué?-, le pregunté.
-Creo que mi colega sabe qué puede significar todo esto-.
Accedí y dejé que me tomara una muestra de sangre.
-Ahora a esperar, ¿puedes venir mañana?, en lo que tenemos un resultado.-, me dijo mientras terminaba de preparar la orden.
-Claro, avisaré en el trabajo para salir temprano-. Salí del consultorio preocupado, sin saber qué pensar, voy a tener que buscar en qué entretenerme y poder dejar este asunto a un lado.
La mañana siguiente estuve algo inquieto, no sabía si debiera de temer por mi salud o no, ya que mi doctor no me dio alguna indicación qué estuviera mal… sólo todo lo vi extraño, ¿entonces me preocupo o no?.
No dejaba de quitarme la atención a mis caderas que las notaba ligeramente diferentes y mi pecho con mis areolas y pezones que definitivamente eran de alguna manera que no podía describir en el momento, sólo sé que eran diferentes y no sabía porqué.
-¿Pubertad femenina?, ¿a qué se refiere?, ¿cómo eso es posible?-, no entendía a qué se refería mi doctor con eso, todo me parecía extraño y sólo me llevaba a crear más preguntas y conforme más lo pensaba más extraño me parecía, lo mejor es dejar de pensar en todo lo que significaría y esperar la consulta.
Opté por no pensar en eso… tanto.
Cuando llegué al consultorio, estaba mi doctor junto con una doctora que no había visto antes.
-Hola, gusto en conocerte-, extendió su mano para saludarme, -yo me especializo en desórdenes genéticos-, no sabía a dónde me iba a llevar todo esto aunque tenía una vaga idea de qué pudiera ser, considerando de lo que me enteré ayer.
-Ya tenemos los resultados de tus exámenes-, sentí que estaba a punto de recibir la noticia más rara que he escuchado.
-Al analizar tus resultados, estaba segura que tenía razón en qué pudiera ser. Tienes una rara condición genética llamada «Dicogamía Ratardada». En términos simples es algo como un hermafrodismo tardado-. La doctora cree que esa es la razón de mis niveles altos de hormonas femeninas.
-El cromosoma Y, que define el sexo masculino, se ha estado mutando para volverse X en gran parte de tus células en la que hicimos el estudio-.
Ahora todo tiene sentido.
-¿Qué?, ¿cómo que ha sido mutado?-, exclamé al escuchar tal afirmación.
-Me temo que sí, al hacer un conteo de qué tipo de cromosomas tienes, encontramos que habían pocos que seguían como Y-, Me comentaba, -Dentro de poco, los únicos cromosomas que circularán tu cuerpo serán con X… genéticamente, dentro de poco tus estudios dirán que eres mujer; sólo falta que tu cuerpo empiece el proceso de adaptación-.
-¿Adaptación?-, me quedé sin palabras.
-Sí, las hormonas controlan los efectos en tu cuerpo y éste se adaptará al tipo de hormona que circula. La mala noticia aquí es que no podemos alterar estos cambios, la medicina aún no está tan avanzada para eso-. Me explicaba pero dentro de mi ya estaba entrando un poco en pánico.
-Es decir, no hay manera para evitar este cambio y ya que el cuerpo empieza su transición, no es recomendado tratar de retrasar los cambios debido a que pueden surgir complicaciones-.
-¿Entonces no tengo más que esperar?-.
-Lo hablamos y creemos que es lo mejor que se puede hacer, esperar y ver qué tanto efecto tendrá sobre tu cuerpo-.
Entonces lo mejor que puedo hacer es esperar a que mi cuerpo haya pasado por toda esta transición para después poder hacer algo al respecto. El hacer un cambio antes sólo provocaría efectos secundarios que pudieran descompensar los niveles hormonales del cuerpo provocando condiciones que no se sabe. No sé cuál es peor. Con una mirada y respuesta nerviosa, les tomé la palabra, me pareció lógico lo que me decían.
-Con este nuevo cromosoma, vas a pasar por una serie de transiciones en lo que tu cuerpo se adapta-, la doctora me estaba preparando para lo que todo esto significaría.
Cambios no deseados
-Hablemos de qué cambios puedes esperar en esta transición… ¿cómo te has sentido hasta estos momentos?-.
-Preocupado por lo que significa todo eso, pero fuera de eso bien-, le dije al tratar de hacer memoria si tenía alguna molestia pero no, me siento totalmente sano, salvo el pequeño dolor en mi cadera y la sensibilidad de mis pezones, pero una molestia es por un golpe que me di y el otro no lo consideraría molesto.
-Bien, como ya te has dado cuenta, tu piel está siendo alterada por estos cambios hormonales, como la piel de la mujer es más delgada, la empezarás a notar más ligera y suave. Tus músculos, al final, no tendrán la misma fuerza y serás más propenso a almacenar más grasa en otras partes de tu cuerpo, sobre todo en tus caderas, como ya no tendrás los mismos niveles de testosterona, tus hormonas femeninas dictarán cómo distribuirá y quemará la grasa-. Eso explica porqué ya no me quedó ese pantalón y porqué he notado que aquel otro pantalón me queda menos flojo.
-Espera, doctora. ¿Me estás diciendo lo que me puede pasar o que todo esto me pasará?-.
-No sabremos decirte en estos momentos, depende de cómo tu cuerpo reaccione a estas hormonas y por cuánto tiempo habrá más concentración de hormonas femeninas. Tenemos esta teoría…-. La doctora volteó a ver a mi doctor y se levantó para explicarme mejor este detalle.
-Todo depende de cómo tu cuerpo decida producir éstas hormonas y por cuánto tiempo, si es mucho pero dentro de poco tiempo, puede que no se produzcan muchos cambios. Pero si son muchas hormona por un largo tiempo, los efectos serán más…-, se detuvo para pensar qué palabra usar, -extremos, como tu condición no es tan conocida, no sabemos qué puede pasar.-
Entonces, lo que mejor puedo esperar es que mi cuerpo se le ocurra sólo producir pocas hormonas durante poco tiempo para que mis cambios sean mínimos, puedo vivir con caderas ligeramente más grandes y areolas más pronunciadas.
-Pero si tu cuerpo decide irse por más a la larga-. Añadió para seguir con su lista de cambios. -Como los huesos son ligeramente menos densos en la mujer, puede que ésta disminución te haga ver más chico. Si el nivel de hormonas son las correctas, éstas pueden cambiar tus caderas como cualquier mujer, incluso puede que tus facciones se vuelvan femeninas-.
Ya empezaba a estar consciente de la severidad de lo que todo esto significaba. Mi cuerpo decidió, por medio de un ‘desorden’ genético, cambiar de cromosoma y empezar a cambiarlo para prepararse para ser mujer… ¡MUJER!.
-Tus senos empezarán a desarrollarse de la misma manera que de una niña entrando a su pubertad-, continuaba con lo que significaba todo esto, -Desarrollarás pequeños bultos detrás de tus pezones y desde ahí empezarán a crecer tus senos-.
-¿Qué?, ¿Dijiste senos?, ¿cómo voy a desarrollar senos?-, exclamé… creo que de todo lo que me ha dicho, saber que tendré senos es lo más impactante que escuché.
-Me temo que sí, todos los humanos pueden desarrollar senos bajo ciertas circunstancias, pero hay algo más…-.
Siempre hay algo más…
-Creo que lo más difícil será hablar de qué pudiera pasar con tu pene-. Tomó una ligera pausa para explicar qué pasará. -Si los niveles de hormonas son los correctos, puede que tu miembro tenga una transición compleja. Primero, las hormonas harán que tu pene se contraiga, disminuyendo de tamaño al igual que tus testículos y escroto. Cuando tu pene esté a un par de centímetros de largo, la punta se empezará a expandir para empezar a dar forma a tus nuevos labios, y de ahí se desarrollará el resto de tu vulva, tus testículos se contraerán dentro de tu pelvis y se transformarán en ovarios-.
Es decir que tendré vagina si mi cuerpo lo decide… ¿es posible esto?.
Mis pronósticos
-¿Hay algo que se pueda hacer para prevenir estos cambios?-, pregunté. Siempre hay algo que se pueda hacer.
Los doctores se vieron entre ellos para tratar de encontrar una respuesta cierta, -Puede-, me comentó la doctora al volver a retomar el diálogo, -Así como hay terapias de hormonas, puede que ciertos medicamentos eviten que tu cuerpo desarrollé de más ciertas hormonas.- Puede que no esté todo perdido al escuchar estas buenas noticias.
El doctor saca de su buró unas botellas de medicamentos, -Como tu condición no es común, no podemos saber a ciencia cierta si funcionará, no sabemos si tu cuerpo simplemente tendrá una alteración negativa al introducirle más hormonas, a diferencia de pacientes que hacen una transición hormonal sin algún desorden como el tuyo, simplemente no sabemos qué pasará-.
No los escuchaba tan optimistas así como yo me sentía pero a estas alturas al estar en una situación completamente desconocida estoy dispuesto a probar todo.
-Tenemos que estar preparados para cualquier eventualidad al tomar este medicamento, sigue sus instrucciones y háblennos si nota algo raro-.
Le agradecí al recibir el medicamento, espero que esto funcione.
-Lo sentimos tener que darte todas estas noticias-, exclamó el doctor, -te recomendamos que te pongas en contacto con una de nuestros especialistas terapeutas-, se puso a buscar entre sus tarjetas el nombre de unas de sus colegas, -mira, ella tiene una especialización en desórdenes genéticos al igual que mi colega, es la más capacitada para poder atenderte y ayudarte con esta condición-, recibo la tarjeta y al ver su nombre me doy cuenta que aparte es ginecóloga… fabuloso.
Mas silencio por mi parte. -Gracias, no sé si mudarme al hueco más profundo de esta tierra, darme un balazo o ir comprando faldas de una vez-, le comenté con una risa nerviosa. -Sólo que no sé cómo le voy a hacer para pasar por todo esto. Ni cómo le diré a mi trabajo ni a mi familia, mis amigos…-.
-Es difícil, pero no imposible. No podemos imaginarnos qué debes de estar sintiendo pero sólo te podemos apoyar y ayudar en lo que creemos más conveniente-, es fácil decirlo ya que ellos no están en mi situación.
Senos y vagina… ¿en serio?, ¿cómo es posible que me pueda estar pasando esto?.
Saliendo del consultorio, trato de poner toda esta información en alguna esquina obscura de mi cerebro para ignorar y pensar en mantener mi vida normal hasta lo más que se pueda y cuando empiece a ver que los cambios son más que obvios, tratar de controlarlo como se pueda.
Espero que estos medicamentos me ayuden.
El comienzo
Había pasado ya un mes desde la visita con mi doctor y las noticias que me dieron, durante este tiempo no había notado algún otro cambio y esos nervios que sentía se fueron disipando, pareciera que el medicamento sí estaba haciendo su efecto. Aunque mi cadera y mis pezones ya eran ligeramente más grandes, como ya no he notado que ha avanzado en tamaño supuse que ya me quedaría con estas medidas, hasta me acostumbré a la sensibilidad que tenía y al menos que se lo mencione a alguien no se notaría mis caderas que eran ligeramente más anchas.
Animado de la noción que a lo mejor todo no está perdido, estoy dispuesto a aceptar lo que había cambiado en mi cuerpo y seguir adelante.
-Son sólo pequeños cambios, no importa-, me digo al verme en el espejo, evaluando al hacer giros para tratar de ver mi cadera y pecho en varios ángulos, conozco un amigo que también es medio caderón y aún así se ve bien. Ni se nota que pasé por algunas pequeñas alteraciones. Pudiera hacer ejercicio para bajar un poco a mis caderas y así despistaría más. Me arreglé para mi día y seguí adelante.
Todo se mantuvo relativamente normal durante esa semana hasta que una mañana mientras me bañaba, al estar enjabonando mi pecho, noté que mis pezones eran ligeramente más protuberantes, me llamó la atención la sensación que empecé a tocármelos con más detenimiento, aparte los sentía aún más sensibles y peor… siento pequeños bultos detrás de ellos, dentro de mi piel. Esta nueva sensación me recordó lo que la doctora me comentó, que mis senos empezarán a crecer como pequeños bultos, y efectivamente… eso ya sentía en ambos lados.
Salgo rápidamente del agua para mirarme en el espejo y poder verlo en mi reflejo en el espejo y poder ver si notaba algo diferente. Definitivamente ya no tenía el mismo pecho de antes ya que estos cambios ya lo hacía verse diferente, ahora mis areolas eran largas, suaves y sensibles. Mi pezones eran más largos y anchos, tocarlos me daban una sensación extraña que preferiría ya no sentir. No se veían grotescos pero me recordaban a los de una mujer, ya no parecían de hombre, definitivamente no los quería tener así.
Me alejé un poco del espejo para ver mi pecho por completo. Para mi desgracia, ya empecé a sentir la forma de la que comentaba la doctora, ya no tenía un pecho plano como lo tenía hace un par de meses, ahora veía cómo alrededor de mis pezones parecían como si estuvieran hinchados, alargados; pareciera que me picó una abeja alrededor de ellos o me dio alguna reacción alérgica en esa parte en específico; ahora ya los tenía, junto con mis areolas, más femeninas… mi pecho parecía a los de una mujer con senos inexistentes pero definitivamente una noción femenina, sé que crecerán, creo que no sería buena idea salir sin camisa cuando haga ejercicio.
Me alejé aún más para ver mi cuerpo completo, ver cómo me veía con estos nuevos cambios. Pongo atención a mi cadera para ver si noto un cambio, ahora la siento ligeramente más alargada, llena. Mis nalgas ahora son más grandes, carnosas, ¿cómo no me di cuenta antes de esto? y no había notado que ya no tengo vello como antes y la piel la noto más suave. Puedo ver cómo la curva de mis caderas se está haciendo ligeramente más pronunciada. Mi pene también lo empiezo a notar más chico que de costumbre y eso que no tengo frío.
«Tu miembro tendrá una transición… complicada.», recordé lo que me dijo la doctora, espero que eso no signifique que ahora mi pene va a cambiar también.
Estos nuevos cambios me alarmaron, pensé que el medicamento estaba teniendo un efecto positivo controlando mis niveles de estrógeno y que ya se habían balanceado pero con este descubrimiento parece que no es así, voy a tener que hacer una cita con el doctor para ver qué se puede hacer.
Antes de todo estos cambios, me tomé una foto de mi cuerpo completo para usarlo como referencia para ir viendo qué iba cambiando… o un recuerdo de lo que parece que una vez fue. Me tomé otra foto en este momento para usarlo como referencia, -creo que podría vender muchos libros contando mi historia-, me dije nerviosamente.
Regresé al agua para terminar de bañarme y alistarme para mi día laboral y agendar la cita, aunque todo esto esté pasando, tengo que trabajar para seguir adelante y distraerme, aparte el dinero ayuda en las desgracias. Mientras terminaba de enjabonarme, puse atención en cómo se estaban alterando mis curvas y cadera; tocándome las nalgas y sintiendo más estos cambios.
Debí de haber perdido un poco la razón porque empecé a sentir gusto al tocarme las nalgas que ahora ya eran más pronunciadas, delicadas; notaba cómo habían cambiado de tamaño y las podía sentir más grandes, me gustaba la sensación, cómo complementaba con mi cadera que ahora la sentía diferente, ¿y si dejo de tomarme el medicamento y permito que mi cuerpo cambie más?, sentía como si una mitad de mi cuerpo quería ser diferente, por ese momento me daba gusto que mi cuerpo se fuera orientando a ser mujer pero al entrar en cuenta de esto pareciera que hasta las hormonas están cambiando estos deseos que tengo.
Buscando control
Termino de bañarme y me alisto para empezar mi día laboral, entre más rápido salga de la casa menos oportunidad tendré para pensar en las implicaciones de este pequeño problema que estoy teniendo.
Me pongo un pantalón, camisa, sueter y saco porque hoy estaba haciendo algo de frío lo cual me conviene porque entre más capas de ropa, mejor. Me fijo si mis cambios me delatan de alguna manera al verme en varios ángulos pero con toda la ropa que tengo puesta es difícil notar algo, menos mal.
Al caminar hacia mi carro, no dejaba de pensar en la posibilidad de que el medicamento ya no esté funcionando y que eso pueda desencadenar cambios que no quiero. Por cada paso que estoy dando, estoy siendo consciente de cómo se siente mi cuerpo, en que pudiera estar haciéndose más chico al estar distribuyéndose diferente la grasa y perdiendo músculo en algunas partes. Pensar que en este cuerpo de hombre se esté escondiendo uno de mujer que no sé si saldrá. Esa posibilidad me está inquietando.
Normalmente me esperaría para llegar a la oficina para agendar una cita pero prefiero hacerlo de una vez, estoy algo ansioso.
-Hola, me gustaría hablar con mi doctor y ver si puedo agendar una cita-, parece que sonaba nervioso al decirle eso a la recepcionista… ¿acaso estaba nervioso?.
-Lo sentimos, ahorita el doctor no está, gusta dejar algún mensaje?-, me comentó la señorita.
-Bueno, lo que pasa es que el medicamento no está funcionando, él sabrá a qué me refiero-, espero que no todo mundo sepa lo que realmente me está pasando.
-Sí, yo le comento-. Le terminé colgando antes de decirle gracias o despedirme, estoy distraído y ni me estoy dando cuenta de qué tanto.
Llegué a la oficina y ni termino de sentarme en mi escritorio y ya estoy sintiendo el ambiente laboral ocupado… justo lo que ocupo para quitarme esta distracción de encima.
Sonó el teléfono del doctor unas horas antes de terminar mi jornada, -Hola, recibí tu mensaje y tengo un espacio para poder verte hoy, ¿puedes venir más tarde?-. No esperaba que me respondiera tan rápido y que me tuviera una cita, no sé si la respuesta tan rápido de la cita sea señal de algo. -Hola, sí. Me desocupo y voy a verte-, termino mi jornada y me lanzo para el consultorio.
Al llegar con mi doctor y pasar por las típicas preguntas que te hacen en recepción, me pasaron a su oficina pero al llegar con él, me sorprendí que estaba la doctora ginecóloga, para mi sorpresa, no me gusta qué pudiera significar esto.
-Hola, gracias por venir en tan poco tiempo-, me saludó la doctora indicándome que me sentara, ¿acaso notará que estoy algo nervioso?.
-Cuéntame, me comentó tu doctor que el medicamento ya no te está funcionando, ¿puedes decirme porqué crees esto?-.
-Mire, doctora. Desde la última vez que nos vimos sí he notado que mis caderas se han alargado, pero ligeramente, y he notado que han cambiado un poco mis nalgas. Pero después de un tiempo ya no había notado cambios, lo cual pensé que sí estaba funcionando mi medicamento-.
-Eso es buena noticia, ¿y has notado algún otro cambio?, ¿cómo has notado tu pene?-.
-Eso ya es otra noticia, doctora. Eso sí he notado que ha disminuido de tamaño conforme han estado pasando los días-. Eso y también le comenté a mi doctor que siento que el medicamento ya no está funcionando tan bien porque ya siento esos pequeños bultos detrás de mis pezones.
-Antes de llegar a esa conclusión, me gustaría ver los cambios a que te refieres, pudieras quitarte tu ropa?, no es necesario que te quites tus calzones-.
-Sí, claro. Doctora-.
Me levanto para acercarme a la camilla que está en una esquina del cuarto, nunca he sentido pena cuando se trata de que doctores me estén examinando pero había algo que no lograba identificar al estar desvistiéndome, algo que no sé si es pena al mostrarle un cuerpo diferente al que anteriormente estaba acostumbrado mostrar.
Listo, ya me quité mi ropa, es hora de saber la verdad.
La doctora pasó y pude ver una expresión de sorpresa, fue sutil pero sé que quería ser lo más profesional que pueda.
-Disculpa, confieso que sí me sorprendió cómo has cambiado. Tus caderas son muy diferentes a la última vez que te vi-. Bueno, según yo no era tan notorio.
-Tu piel la noto más suave-, seguro no la noto tan suave porque es mía, según yo era porque usaba mucha crema después de bañarme, veo que no.
-A ver, déjame ver tu pecho-. Es justo lo que estaba evitando escuchar porque eso significa que me dirá algo que no quiero escuchar.
Me instruye a que me acomode diferente, para que pueda tener mejor iluminación y relaje un poco mi postura, ella notaba algo en mi que seguro yo estaba tratando de ignorar. Se pone un par de guantes y empieza a tocar mis areolas, la sensación de sus dedos sobre mis areolas sensible era rara.
-Definitivamente sí siento los bultos que me comentas, ¿me permites hacerte un ultrasonido para determinar si lo que se siente es lo que creemos?-.
-Sí, claro-. No sé cuál sea mejor noticia, algo nocivo o una posible verdad de qué pudiera ser.
-La buena noticia es que no son quistes, no sé cómo tomes que se está desarrollando yemas mamarias al igual a la de una niña ya en pubertad-.
Dentro de mi estaba luchando para procesar toda esta información de la manera más neutral pero no podía seguir comportándome como tanta tranquilidad y me empezó a entrar dudas y nervios de saber que definitivamente el medicamento ya no estaba funcionando y que mi cuerpo estaba desarrollando un cuerpo femenino, y peor aún, senos.
-Pero doctora, ¿que no los medicamentos evitarían que mi cuerpo produciera más estrógeno?-. Le estaba apostando todo al medicamento que me ayudara con esto, pero parece que me estaba fallando.
-Como no tenemos antecedentes con este tipo de condiciones genéticas, es difícil saber qué pasaría si usamos un tratamiento hormonal, normalmente los bloqueadores hacen bien su trabajo pero aquí no sé porqué no funcionan como deberían-, añadió, simplemente diciéndome que no sabe qué está pasando.
-Ocupo sacarte sangre para ver cómo están tus niveles hormonales, por el momento lo que podemos hacer es aumentar un poco más los bloqueadores de estrógeno y ver qué pasa, ¿te parece si nos vemos en dos semanas?-.
-Sí, me parece-.
Sacó de un cajón una jeringa y se acercó a mi para sacarme sangre. Al estar sentado esperando el piquete, empecé a estar un poco más consciente de la forma que estaba tomando mi cuerpo. El consultorio tenía luz más brillante y blanca que a comparación de mi baño, con estos cambios de iluminación sí notaba más los comentarios que me hizo sobre mi cuerpo, vaya que ver las cosas con otra luz sí que hace la diferencia, no sé si prefería quedarme en la ignorancia.
Me señaló que me vistiera mientras preparaba la muestra para el laboratorio. Al ponerme mi pantalón, recordé que sólo tengo pocos que realmente me queden bien y será mejor comprar otros para despistar mis caderas.
Terminó de preparar la muestra, me escribió una receta con nuevas instrucciones para el medicamento y me deseo suerte, no queda más que esperar que mi cuerpo reaccione a mi favor.
Aunque como que la suerte no va en el ramo de la medicina.
Mientras espero resultados
Mi día, a pesar de este pequeño percance, pasó sin problemas aunque algo me dice que sólo es el comienzo. Saliendo del consultorio, me dirijo hacia la tienda para comprar otro pantalón para esconder estos cambios usando uno más grande.
Camino hacia la tienda, siento que ahora sólo es cuestión de tiempo en saber si mi cuerpo quiere dirigirse hacia tener senos y vagina. Me siento como la tripulación en la película Titanic, cuando están en la deriva de qué pasará al haber hecho impacto con ese iceberg, o todo está perdido con semejante golpe o es algo que podrán superar, es cuestión de tiempo. Así me siento, ahora esperar qué dirección va mi cuerpo.
Ese momento que me puse a pensar en el escenario que todo esté perdido, me pongo a imaginarme cómo sería mi cuerpo femenino, si tendría senos grandes con una cadera pronunciada; mi imaginación llegó a su fin al darme cuenta de que era algo que NO quería y me detuve. No quería tener cuerpo de mujer, ni senos ni vagina… no creí que las hormonas que ahora circulan mi cuerpo me harían pensar en algo que no quiero.
El siguiente día por la mañana, al estar arreglándome. Noto que al estar poniéndome mi camisa si se llega a notar algo diferente en mi pecho y me pongo el pantalón que me compré ayer para disimular mis cadera y nalgas. -Aún no lo noto-, me digo para motivarme.
Me tomo el medicamento esperando que ahora sí de resultado.
Unas semanas atrás, cuando noté que me estaban quedando apretados los pantalones, y fui a comprar otro más grande, no pensé que era porque mis caderas eran las que crecían, lo atribuía a que las echaba a secar a una temperatura muy alta o simplemente no me daba tanta curiosidad para saber qué pasaba, no me era necesario; no le ponía atención, nunca pensé que todo esto era debido a esta condición que nunca creí que existía.
En el trabajo, ninguno de mis compañeros notaban mis cambios, lo cual era bueno. Podía tener mi día laboral de manera normal y podía avanzar con mis pendientes. Como estábamos con un proyecto importante, me ayudaba en concentrarme a ese objetivo y desconectarme de lo otro que pasaba.
Supongo que es una ventaja el poder dedicarle la atención a mi trabajo, poder perderme en el código. Aunque me distraía un poco al ver pasar mis compañeras con sus atuendos de vestidos, ¿qué haré cuando los cambios sean más que obvios en el trabajo?, ¿hablaré con mi jefe y decirle qué pasa?, ¿cómo lo va a tomar?, pero más importante… ¿usaré ropa de hombre o mujer?. Supongo que añadiré estas dudas a mi larga lista de cosas que no sé cómo le haré cuando llegue el momento pero supongo que encontraré alguna manera, de lo contrario no pudiera funcionar.
Al salir de trabajar, decidí pasar a distraerme un poco en el centro comercial. Al ir caminando, a pesar de las adversidades en las que me encuentro, aún disfruto voltear a ver los senos de las mujeres mientras pasan. Me da gusto saber que, a pesar del cóctel de hormonas femeninas que están circulando en mi cuerpo, todavía tengo la atención para apreciar el cuerpo femenino… de alguien más, y más gusto me daba saber que puedo olvidar mi condición al estar caminando con tanta gente a mi alrededor. Debería de hacer esto más seguido, mientras puedo.
Pero, algo adicional pasa por mi cabeza al quedarme viéndole a una mujer su par de senos que los consideraba algo grandes; recordé que también yo estoy por posiblemente empezar a desarrollarlos y que estos bultos que ahora siento detrás de mis pezones puede que algún día crecerán y, hasta podría ser, del mismo tamaño que los de ella. Mi gusto se volvió en temor por un segundo al seguir pensando en ellos, pensar cómo esa parte de su cuerpo la definía, la hacía ver mujer y cómo atraía atención. Definitivamente eran atractivos y ella lo sabía, el andar mostrándolos con una camisa escotada sólo le añadía una cualidad atrevida y sensual.
Notando todo eso en ella, me quedo pensando si los míos serán así y si yo los pasearé igual, por una parte no quiero que crezcan tanto para poder esconderlos pero había otra parte de mi que sí los quería así de grandes.
Ésta parte que los deseaba era algo nuevo que no creí pensar, como si mis nuevas hormonas me están diciendo que puede que no todo esté perdido el tener un cuerpo de mujer si las medicinas no funcionan, pero aún tenía todo lo demás en mi que se oponía a tal idea.
Como sea, no sé cómo desviaré la mirada a personas si es que me crecen senos, mejor me pongo a pensar si es que llega el momento.
¿Mujeres pensaban en eso cuando les crecían sus senos?, ¿pensaban qué dificultades tendrían con el mundo social si los tienen muy grandes?, ¿desearían tenerlos chicos para evitar momentos incómodos?.
Distracciones bienvenidas
Había pasado ya dos semanas y era momento de ver si el medicamento me estaba ayudando con estos cambios. A pesar de que notaba cómo mi pene seguía disminuyendo de tamaño, quería mentirme y pensar que sólo era el frío o los nervios que lentamente se estaban presentando pero por otra parte no estaba seguro si mi pecho tenía un cambio significativo ya que unos días lo notaba diferente y otros días ‘normal’ a pesar de que seguía sintiendo esos bultos. Mis pezones ya tenían un aspecto diferente a comparación de hace un mes, mi cadera la iba midiendo cada par de días para ver su progreso y conforme pasaban la diferencia de números me decía que sí estaba creciendo, aunque era relativamente poco.
Esa noche anterior ya no pude dormir boca abajo como a veces me gustaba hacerlo, me gustaba relajar un poco la espalda de las tensiones del día pero la sensibilidad en el pecho que ahora sentía me ponía incómodo entonces ya no puedo dormir así, acabo ni me gusta relajarme.
Todo esto me decía que el medicamento no estaba funcionado pero quería mantener esta esperanza. Paso a la clínica antes de irme al trabajo y hacerme el análisis de sangre esperando buenos resultados. Entro y salgo sin demora.
Añadiendo este otro inconveniente a los otras que ya tengo, tengo que asegurar que la ropa no delate mis cambios, evito ciertos estiramientos cuando estoy con gente, tengo que estar midiendo mis nuevas dimensiones de vez en cuando y esta preocupación de que si las medicinas funcionarán y si no, saber qué es lo que haré realmente.
Pero no puedo brincar a conclusiones sin antes saber qué me dirá la doctora, tengo que esperar un poco más
Mi día laboral está siendo un poco, diferente. No sé cómo describirlo, sé que los resultados tienden a tardarse un poco para salir, como son estudios ‘sencillos’ supongo que puede tardarse al menos 24 horas, si me saqué sangre en la mañana puede que para mañana esté listo listo, a esperar un poco más. Por el momento sólo puedo seguir tomando mi medicamento y esperar buenos resultados.
Unas horas después en mi día, la espera me está poniendo intranquilo. Normalmente soy bueno para que no me afecte este tipo de sensaciones no placenteras pero no sé si es debido a que es algo nuevo o que tengo niveles de hormonas diferentes que hace unos meses o que puede que me convierta en una mujer que esta vez no sé cómo controlarlo.
Me levanto de mi escritorio con la intención de distraerme un poco, creo que iré por un café.
Camino a la puerta, me topé con mi compañera. Ese día volvió a vestirse con su atuendo ejecutivo que me gusta cómo se le ve. Falda entubada, camisa de vestir, saco, medias y tacones, pudiera jurar que se le transparentaba un poco la camisa para notar su sostén. No tenía porqué vestirse así en la oficina pero me gustaba verla así.
-Hey, hola. ¿Vas de salida?-.
-Eh… no, bueno sí, voy por un café-.
-¿Puedo acompañarte?-.
Una parte de mi me decía que le dijera que no porque quiero despejarme un poco pero otra parte de mi me decía que no fuera antisocial y aprovechara la oportunidad para ver si había notaba algo diferente en mi. Aparte, es una mujer atractiva y me gusta verla, también me quita un poco ese temor de que mis gustos sean alterados por tanta hormona.
-Sí, vamos-.
Ambos salimos para ir rumbo a la cafetería que estaba por la oficina, era un tramo relativamente corto.
Al charlar un poco de cosas mundanas, llegamos al café y pedimos nuestras bebidas, mientras esperábamos nuestra orden nos sentamos para seguir charlando. Llegó un momento que hubo un silencio incómodo y noté que me quería preguntar algo.
-¿Todo bien contigo?, te he estado notando un poco extraño estos últimos días-.
¡Oh no!, ¿habrá notado ya algo?, -No, para nada. ¿Porqué lo dices?-, fingiré demencia para ver qué me dice.
-Lo que pasa es que te he visto un poco más, distraído y aparte te he notado un poco más delgado, ¿estás comiendo mal otra vez?, ¿quieres que hable con mis compañeros para que no te den tanta lata?-, lo dijo con un tono medio chistoso, al menos cree que mi actitud es debido al estrés laboral, que en este momento preferiría que creyera que ser así.
No sabía si quería seguir manteniendo este tema y sólo centrarme en los laborales pero había algo en ella que me siempre me gustaba y prefería tener temas que no fueran tan mundanos para acercarme más a ella pero ahora de plano prefiero no tenerlos.
No quería mentirle pero tampoco tenía ganas de decirle la verdad, ¿cómo le diré que potencialmente me convertiré en una mujer?, la notaba con un rostro preocupaba, como que creía que estaba pasando por un tema de salud preocupante, lo cuál es cierto pero no es nada mortal.
Sin previo aviso, veo que ella acerca su mano para las mías que estaban sobre la mesa y sin pensarla las retiro de manera rápida. Como mi piel ya no es tan.. masculina que antes no me gustaría que sienta unas manos con piel suave y resulte en más preguntas.
-Oh, perdón. No quería incomodarte-.
Ella quería acercarse para mostrar apoyo de la enfermedad que cree que tengo pero en realidad no pero no estoy en una posición para desmentirla con la verdad. No tengo de otra que hacer esta situación incómoda.
-No, no reaccioné por incómodo. Es que, estaba pensando qué preguntarte y no esperaba que hicieras eso-.
¿Será suficiente para que no se haga tan incómoda la situación y me pueda seguir diciendo qué ha notado en un plan más neutral?, espero que sí.
-¿Ah sí?, ¿qué querías preguntarme?, sólo quiero dejar en claro que si estás atravesando por un problema de salud me gustaría apoyarte en lo que se pueda-.
Uy, creo que hablé antes de pensar para decirle algo así, tengo un par de segundos para preguntarle algo de seguimiento para que no sea incómodo otra vez.
-Agradezco tu apoyo pero ya que sepa más te diré-.
-Gracias, no te presionaré para eso entonces. Entonces, ¿qué me querías preguntar?.
Me volví a encerrar en un rincón, ¿qué le pudiera preguntar para seguir con otro tema?. Si fuera otra circunstancia le haría una pregunta para saber más un detalle personal con la intención de salir fuera del trabajo, pero ahora que posiblemente tenga esa posibilidad, no la quiero tomar.
-Nuestra orden ya está lista, lo dejamos para después que te sientas mejor, ¿va?-.
Anteriormente no he podido tener este tipo de acercamiento con ella y ahora que lo tengo están pasando en circunstancias no favorecedoras.
Ni modo.
Camino de regreso, me quedo pensando en lo atractiva que se veía mi compañera, su falda negra y blusa rosa le da un toque femenino y sensual al mismo tiempo. Al parar para abrocharme mis agujetas, ella se adelanta y puedo ver cómo se nota las costuras de su ropa interior, me gustaba cómo se le veía y de este gusto empiezo a sucumbirme a la idea de estar totalmente envuelto en estas nuevas hormonas y, en mi cuerpo femenino, buscar cómo seducirla. Si no tuve suerte con ella con mi cuerpo masculino, ¿a lo mejor tengo una mejor oportunidad como mujer?.
Quien sabe, por el momento a disfrutar de este paseo.
¿Los medicamentos eran placebos?
Al regresar a mi escritorio, noto que había dejado mi teléfono cerca de la computadora, ¿tan distraído estaba?, también noto que había un mensaje de mi doctor diciéndome que fuera a su consultorio para hablar de los resultados de sangre.
Qué rápido, pensé que se tardaría más tener una respuesta, pensándolo bien qué bueno que no me llevé mi teléfono ya que al estar en el café me hubiera dado cuenta del mensaje y me hubiera empezado a poner nervioso. Tendré que ir a darme la vuelta y ver qué me dicen, aunque ya tengo una idea de qué es y no me gusta esa posibilidad.
Termino mi día laboral y me lanzo a la clínica.
Aparentando lo más calmado posible, entro a la clínica, saludo a la recepcionista, espero un par de minutos para que me pasen y llego con mi doctor.
¡Ya dime lo que es más que obvio!, es lo que ando pensando preguntarle ya a mi doctor, así en ese tono pero prefiero mantener la cordura y esperar la respuesta que sé que llegará..
Esperando que tenga una expresión perturbada o negativa, me siento y veo que mi doctor tiene una expresión algo confundida, como que ni él sabe qué decir, busca cómo acomodar y se prepara.
-El medicamento no está funcionando, ¿verdad?-. Lo digo yo antes de que lo diga él.
-No, tus resultados me indican que el medicamento no está teniendo algún efecto sobre tus niveles hormonales, el estrógeno presente sigue igual de alto y tu testosterona aún es bajo, de hecho mandé a hacer un estudio adicional para ver si se encontró el medicamento en la sangre pero ni eso-.
Se detiene un poco para mostrarme los números de niveles en el estudio.
-Es como si tu cuerpo está decidido tomar este curso y está usando sus recursos para lograrlo-.
Deja a un lado los estudios y se reclina un poco para relajarse, como que la noticia también lo estaba tensionando a él, al menos está siendo empático.
-Entendemos qué implicaciones puede tener esto para tu estilo de vida, pero ahorita no podemos hacer más, pudiéramos usar medicamentos más agresivos pero creo que haría más daño de lo que haría beneficio-.
Es lo que pensé que me diría y sabía que estaba pasando, pero quería escucharlo de él.
-A como estamos viendo cómo están tus niveles de hormonas junto con los demás elementos en tu sangre, todo indica que estás pasando por algo saludable y no creemos que esto pueda llegar a un cambio que ponga en riesgo tu salud, que era nuestra preocupación inicial-.
Bueno, al menos esto es algo que no me matará, cosa que inicialmente pensé que fuera el caso.
-Nuestra recomendación nuevamente es ver qué pasa e ir evaluando tus niveles hormonales para ver qué tanto tu cuerpo irá cambiando.
Entonces, otra vez el plan de ver qué pasa con todos estos cambios. Puede que mañana se anivelen y ya me quede con mi cuerpo ligeramente afeminado o se anivelen en un año y sea… totalmente femenino.
-Podemos hacer estudios de sangre cada quincena o cada mes para ver si eventualmente se anivelan. Es decir, que ya no tengas niveles de estrógeno tan alto o testosterona tan bajo y así ir viendo tu progreso.
Aunque es lo más lógico y la mejor opción por tomar, no estaba del todo de acuerdo pero aceptaré y esperaré lo mejor.
Ahora sí, es solo cuestión de tiempo de saber qué pasará.
A esperar lo mejor
Pasaron otro par de días para notar algo diferente, ya que pareciera que los cambios grandes vienen cada cierto tiempo, como en ciclos.
Porque esta mañana al despertar, después de un par de días de no notar cambios, me presiono mi pecho para sentir si había algo diferente en mis pezones, pero estaba vez ya noté algo diferente; al voltear a verlo, podía verlo diferente, podía ver cómo una parte de mi pecho se veía como si estuviera hinchado, de ambos lados… El descubrimiento me terminó de despertar, podía ver que definitivamente mi cuerpo ya estaba creciendo senos.
Al tocarme, esperando que esté equivocado y sea algún músculo inflamado de los ejercicios que hago o algo que comí o alguna otra razón inexistente, me di cuenta que definitivamente no era músculo y lo que le daba figura a mi pecho era una extraña sensación de tejido graso que antes no tenía ahí, como si estuviera engordando en esa parte en específico, aún todo sensible. Era hora de levantarme y verme bien.
Al pararme frente al espejo, noto que aún son chicos pero extrañamente la gravedad le daban su forma común, aunque casi imperceptibles al ponerme una camisa, pero notables si se pone mucha atención. Volteando hacia abajo ya veo su forma conoidal, no hay duda, ya son senos. Agarro la cinta métrica para medirlos, así como me había enseñado la ginecóloga.
Me sorprendió este descubrimiento, sentía nervios pero al mismo tiempo emoción por tenerlos… ¡malditas hormonas!, no estaba del todo seguro si era rechazo o aceptación.
Todavía eran pequeños, pero junto con las areolas expandidas y mis pezones alargados indudablemente ya tenían su forma indistinguibles de que son senos y ya no pectorales.
Me amarro la cinta por debajo de donde siento ahora mis nuevos senos, -34-, lo anoto en un papel y coloco la cinta por encima de los pezones, -35, eso me hace… ¿Copa A? ¿AA?, joder, ¡no sé!-.
A pesar de que estaba entrando en pánico, creo que aún puedo aparentar que todo está normal usando atuendos adecuados. Aprovecho estos tiempos de invierno para poder usar saco y más capa de ropa para poder esconder las curvas que se me están formando gracias a mis nuevas caderas y las que ahora se están formando sobre mi pecho.
Antes de empezar a arreglarme, quiero hacer un par de pruebas con camisas y pantalón justas y otras no tan justas con la idea de saber ahora qué tendré que hacer o ponerme para esconder.
Usando alguna camisa justa y pantalón de color claro ahora si se hace notar la curvatura de mis nuevos senos, sobre todo mis pezones pero también es porque tengo frío, sus formas conoidales están haciendo que se estire y levante levemente la camisa de ambos lados, es más evidente cuando me pongo justo debajo de la luz, la pequeña sombra que se hace lo hace notar lo que es, que tengo senos diminutos y lo que no es, alguna excusa de decir que no lo son, no pudiera arriesgarme a salir así y que me diera frío, me moje, la sombra me delate más y hacer más obvio de lo que son. Tal vista me recuerda a esas muchachas con senos chicos que caminan sin sostén.
Los pantalones claros justos le dan una agradable vista a mis caderas y nalgas pero no es una vista que me gustaría mostrar. No son como esas nalgas que tenía hace un año que las consideraba sensuales con esta ropa, pero sensuales a modo masculino. Ahora son nalgas que se están formando de la manera sensual incorrecta… caderas y nalgas de mujer.
Y al voltear a verlas en el espejo, los colores claros junto con la tela justa y delgada hacía notar cómo es que la nueva distribución le daba más volumen en la parte baja de ellas y también en las muslos. Esto está provocando que se note más esta forma femenina que en esta otra parte de mi cuerpo, genial .
A simple vista puedo fajarme de tal manera para que no se note las curvas que están dando mis caderas pero no sé si sea cuestión de tiempo para que la curvatura de mi cadera ya no se pueda esconder al fajarme con estas camisas y usando estos pantalones. Hasta puedo ver cómo mis muslos me están traicionando, haciéndose notar más gruesos y haciendo más evidente mis curvas.
Es obvio que usando prendas justas y claras no será la mejor idea por este momento. Lo bueno es que es invierno y puedo usar ropa suelta y obscura sin problema.
Esta ves ahora uso el pantalón de mezclilla suelto que me compré junto con una camisa suelta junto con un saco para ver los resultados.
Aunque viéndolo bien no es tan obvio, al menos que alguien esté viendo mi pecho con detenimiento no lo notará, pero no creo que alguien se ponga a buscar senos en un hombre… Por si las dudas seguiré usando saco y mejor compró camisas sueltas mientras puedo.
Al terminar de arreglarme, me fijo en el espejo y, a pesar de que me veo más delgado que hace unos meses gracias a que mi piel la noto más suave y la grasa se está distribuyendo más a mi cadera y nalgas, no puedo distinguir ni mis caderas ni mis senos con mi ropa y saco, aún lo puedo lograr… es hora de irme a trabajar.
El ambiente laboral ha sido caótico, lo cual es bueno para mi. Estamos en un proyecto importante en donde el equipo ha estado trabajando estas última semanas y me ha ayudado a mantenerme ocupado, pero más importante a mis compañeros. Hasta dejé de pensar si alguien notaría mis cambios, definitivamente podía sentirlos pero, ¿mi atuendo me está ayudando a disimular?.
Al hablar con mis compañeros o con mi jefe, no noto un cambio en sus comportamientos o que hagan algún comentario sobre mi apariencia, seguramente en estos tiempos no pero sé que llegará el momento en que tenga que avisar qué está pasando… o desaparecer completamente y recluirme en una cueva para enfrentar todo esto sólo, aunque no me parece buena idea.
Ahora que sé que los medicamentos ya no me pueden ayudar, sólo espero que los niveles de mis hormonas femeninas se anivelen y así ya no tenga más cambios… aún puedo vivir bien en el estado actual en que estoy.
Nueva rutina
Seguí la rutina de usar sacos aprovechando el frío mientras podía. Una mañana, me despertó mi jefe al llamarme para preguntarme algo pero cada vez que le contestaba, estaba poniendo más atención a cómo sonaba en lo que en realidad decía, noté que mi voz ya estaba empezando a volverse ligeramente más aguda, más suave, más… femenina. ¡Esto no puede estar pasando tan pronto!, pensé al dejar de escuchar los comentarios de mi jefe, hablé para escuchar bien mi voz para estar seguro que ya se escucha diferente.
-Claro que sí, yo puedo hacer eso más tarde-. Sí, me escucho diferente.
Quise terminar rápido de hablar con mi jefe diciéndole que llegaría pronto a la oficina, así para poder enfocarme con esta cuestión técnica y olvidar lo de mi voz.
-¿Pudiera esto llegar en otro momento?, me dije al definitivamente escuchar mi cambiante voz. -Parece que no pero tendré que fingir-, me dije con un tono forzando una voz grave, esperando sonar convincente.
Sabiendo que estos cambios llegarían, tuve que dejarlo a un lado y ahora pasar a medir mis caderas esperando a que ya hayan dejado de crecer, aunque sé que no era el caso considerando que ahora se están desarrollando más cosas en mi cuerpo, ¡ahora hasta mi voz!. Al medirlas y comparando con la medida anterior, me indicaba que seguían creciendo un poco más, no es como que esperaría diferente considerando las nuevas circunstancias.
No hay mucho que pueda hacer… es hora de darme un baño.
Mientras me bañaba, estaba batallando con la curiosidad para sentir mi cuerpo, no sé qué efecto daba el jabón para acentuar la sensibilidad del tacto sobre mi piel porque lo que sentía sorprendentemente era más suave, mi piel ya no era la misma que antes. Ahora la sentía más delgada, suave y sensible.
Noto cómo mi pene ahora ya es más chico de tamaño de lo que una vez fue, orinar ya me empezaba a parecer extraño, hasta parecía que empezaba a ponerme sentimental porque sé que puede llegar el momento en que no podré orinar parado… peor, ¡ni verlo!.
Al ver cómo pasaban mis manos por mi pequeños senos y la idea de ver cómo se estaba formando mi cuerpo, me causó un poco de sensación placentera, por un segundo quería perderme y sentirlos más a su manera pero me detuve, no pasará como aquella vez… ¡tengo que controlarlo!.
Termino de bañarme y al estar secándome, empecé a notar que mis senos los notaba ya ligeramente más grandes, al menos lo suficiente para sentir y ver más su crecimiento.
Por una parte me sorprendía la manera que podía evitar pensar en este aspecto de mi crecimiento, había olvidado estar midiéndolos estos últimos días ya que aún he podido ocultar todo esto. Pudiera evitar mostrar mis caderas, nalgas y hasta incluso la manera que hablo… ¿pero los senos?, esto si lo considero difícil ocultar.
Sin mas que hacer que seguir adelante, me pongo mi ropa como lo he hecho anteriormente y me fijo por si se nota algo. Pero ahora sí… se notan. Mis pezones, junto con la curvatura que dan mis pequeños senos ya son visibles sobre la camisa pero se medio esconde cuando uso saco, cosa que no puedo usar siempre. Me quito todo y me lanzo a mi cajón donde tengo un botiquín de primeros auxilios, agarro una de las cintas que a veces uso cuando practico boxeo para ver si me puedo tapar los senos, comprimiéndolos. Al terminar me pongo mi camisa y me muevo un poco pero las vendas noto cómo me empiezan a raspar mis pezones que siguen aun sensibles junto con mis areolas, entonces tuve que quitarme todo y, esta vez, ponerme curitas encima de ellos, cubriéndolos; ahora volver a ponerme la venda. Terminado, ahora sí estaba cómodo.
Me pongo nuevamente la camisa y ya no veo alguna marca que se pueda ver ni la curvatura que vi hace rato. Trato de ver con diferentes ángulos y parece casi desapercibido. Bueno, lo de arriba ya está, ahora ver si sigue todo favorable en cuestión de mis caderas.
Desde que empecé a notar el crecimiento en mis caderas, cada par de días anotaba cómo iba aumentando de tamaño junto con mis nalgas y caderas, anteriormente mis hombros estaban del mismo tamaño que mis caderas; Ahora son más pronunciadas y, al igual que mis senos, faltará poco para cuando ya no podré esconder ni mis caderas ni mis nalgas. Pero, ¿cuál me delatará primero?
Parece que funcionará, tendré que pasar a comprarme nuevamente algo para mejor esconder esto, a lo mejor así puedo estar más cómodo y puedo estar más tiempo en la calle sin preocuparme de que se noten.
Saliendo de mi departamento, decido seguir con mis días normalmente, mientras pueda. Me volví totalmente consciente para saber cómo se mueve mi cuerpo, poniendo atención al brinco de mis nuevos diminutos senos. Hace un par de meses, me gustaba ver en mujeres el movimiento de sus senos al caminar, ahora trataba de evitar eso mismo para que no se noten.
-No siento mucho, sólo la presión de las vendas-, me dije en voz baja, animándome a ir a trabajar.
Al pasar por los carros del estacionamiento, me veía en el reflejo de los vidrios para ver si se notaba alguna curva. -Nada, tampoco-, otra vez… animándome, puede que esto siga funcionando.
Ya en el trabajo, como me la paso sentado la mayor parte del día es fácil poder disimular lo que me pasa, debido a que quiero mantener todo secreto pero por cada día que pasa sé que mis curvas se volvían cada vez más pronunciadas empiezo a evitar socializar con mis compañeros cuando están en algún lugar cerrado o que haya mucha luz con el temor de que el brillo o la sombra acentúe algo antes de que yo lo quiera permitir.
Ya no uso los urinales por temor a que alguien se de cuenta y últimamente se me ha hecho un poco difícil poder sostener mi propio pene para orinar. Notándolo, mi pene sólo era uno o dos centímetros de largo y parecía que tenía una especie de exceso de piel alrededor de él. En realidad sé que ese exceso son los labios de lo que pronto será mi nueva vulva que se está ya formado y sabiendo todo esto orinar parado ocasiona que haga un salpicadero.
Saliendo del trabajo, sorprendentemente todo seguía fluyendo normal, parece que nadie a notado mis cambios… aún. De regreso a casa, paso primero a la clínica para una evaluación de hormonas en la sangre aunque sé que siguen igual.
Después paso al centro comercial para ir a la tienda de deportes para comprar alguna camisa de compresión, ver si eso me puede ayudar a esconder mis senos mejor porque las vendas ya empezaron a incomodarme.
Las caminatas que me daba para distraerme ahora se volvieron menos placenteras, sentía una paranoia al caminar ya que temía que alguien notaría lo que ando escondiendo pero la realidad sé que nadie lo notaba, lo sabía pero se me hacía difícil aceptarlo, por fuera con mi atuendo me da una capa de seguridad de saber que aún escondo aquello que no quiero que sepan pero por dentro había un cuerpo femenino en formación. Pude retomar mi cordura y seguir hasta que me topé con aquella mujer con los senos espectaculares hace algunas semanas, ¿o es otra?. Al verla, nuevamente empecé a apreciar tal vista al ver sus curvas y, me alegraba saber que aunque ahora ya tengo senos, aunque sean pequeños, mi atracción por mujeres sigue siendo la misma.
Al estar viendo su figura empecé a pensar si yo también tendré un cuerpo así y si podré vestirme como lo hace ella.
No sabía si seguía viendo sus senos por deseos de tocarlos o por deseos de tenerlos ahora que sé que tendré la posibilidad de tenerlos así, anteriormente intentaría acercarme a ella y sacarle plática pero ahora ya no me animo a hacerlo… ya no en estas circunstancias, ¿volveré a ver otra mujer desnuda?.
Mejor me apuro a comprar a lo que vine.
Los siguientes días pasaron sin mayor incidencia, otra vez notando que estoy pasando por este ciclo ‘tranquilo’ sin cambios.
Una noche después, soñaba que caminaba por la calle y de repente sentí mi pecho muy caliente, como si algo me quemara y me quito la camisa en pánico para ver qué pasaba y de la nada sentí un dolor fuerte en mi pecho, con el dolor me acompaño una horrible presión que comenzó a crecer senos y no paraban de crecer, primero empecé sosteniéndolos con mis manos pero se volvieron muy pesados e inclinaba mi cuerpo por su mismo peso, podía sentir cómo colgaban de mi y su mismo peso hizo que me bajara para ponerlos sobre el piso, la desesperación de no saber qué hacer y el hecho de que gente me estaba viendo me creo aún más ansiedad lo cual terminó despertándome.
Había sido un sueño, uno muy raro pero al voltear al ver mi pecho me temo cómo ahora estas curvas y esta grasa que se está acumulando hará que se esté pronunciando más a tal punto que se vuelva más obvio para el mundo que tengo senos, no al punto como de mi sueño… pero, ¿por cuánto tiempo será su desarrollo?, ¿por cuánto tiempo podré fingir que no tengo?, ¿dejarán de crecer antes de que sea ya muy tarde?. Temo que llegue el día que de plano ya no pueda esconderlos, o que llegue verano y no pueda usar camisas sueltas, sacos o posturas para esconderlos.
Ni modo, a seguirle con lo que pueda hacer. A dormir para que sea mañana y puedo empezar mi día.
En la mañana, al verme en el espejo, me acerco apoyando mis brazos sobre el fregadero inclinando mi abdomen para ver cómo cuelgan mis diminutos senos, estando totalmente enderezado no se notaba mucho pero al inclinarme sí veía su forma, podía sentir esa diferencia que provocaba cambiar la postura. Mi cuerpo estaba cambiando pero no lo quería.
Mis caderas también siguen creciendo. Para ir notando bien mis cambios lo que empecé a hacer es tomarme una foto frente al espejo, cuerpo completo, desnudo, con la cara tapada para que así se note sólo mi cuerpo e ir juzgando cómo se van pronunciando más mis curvas y si mi cuerpo aún podía pasar como hombre.
Pero me temo que no, parezco más mujer que hombre, aunque la verdad parezco como una mujer plana…
Cuestiones (no) esperadas
Conforme van avanzando los días y también mis cambios, noto cómo mis senos se han estado formando aún más, su forma conoidal familiar cada vez son más pronunciados pero aún, aunque con dificultades, los podía esconder; mis caderas ya tenían una curva femenina más perceptible pero podía ocultar con camisas más grandes y con colores obscuros aprovechando que aún hace frío; mi pene… que ahora estaba dentro de los labios de mi proto-vulva, es otra historia, temía explorarme para ver si podía verlo aún pero a veces sí podía notarlo cuando me bañaba. Mi vello ya no es tan notorio, los de mis brazos los empezaba a ver cada vez más finos, delgados. Lo mismo en mi abdomen y piernas, no era una persona con mucho vello pero con estos cambios se están reduciendo los que tenía.
Me llegaron los resultados de sangre acerca de los niveles de hormonas. No me sorprende, siguen los niveles de estrógeno alto y la testosterona bajo, lo veo en mi cuerpo.
Las facciones de mi rostro se han vuelto cada vez más finas, a veces me preguntan en mi trabajo sobre estos cambios pero les digo que he estado bajando de peso, por ende mi marco más reducido. Pero sé que sólo es cuestión de tiempo de que tendré que decirles qué me está pasando o… simplemente dejar de trabajar. Pienso esperar a que mi cuerpo deje de cambiar, sólo espero que sea mientras pueda mantener el aspecto masculino de lo contrario no sé que haré.
O pudiera trabajar en un lugar donde no hagan ese tipo de preguntas como en alguna biblioteca o café pero entiendo porqué me harían preguntas, se preocupan de mi creyendo que me pasa algo negativo de salud pero no sé cómo decirles que en este momento no quiero que me hagan estas preguntas, ando tratando de mantenerme ajeno a mis propios cambios y el que alguien me pregunte como que rompe esa concentración de no pensar en ello.
Lo cual es mi propósito durante este tiempo, esperar de la manera más calmada a que los cambios que he estado teniendo no sean tan extremos y cesen para poder aún retomar mi vida de la manera más ‘normal’ que pueda. No importa si tengo unas caderas más femeninas, con que no sean muy obvias lo puedo tolerar, no importa que tenga senos chicos, con que pueda ocultarlos con camisas de compresión lo puedo tolerar, no importa que tenga un micro pene envuelto en una proto-vulva, con que pueda pasar como hombre es lo que más me importa.
Pero también tengo que prepararme a la posibilidad de seguir desarrollándome más allá de estos cambios que estoy dispuesto a tener pero todo indica que seguirá creciendo, los números y las hormonas que he visto respaldan este temor.
Considerando estas dificultades por venir, con lo que más batallo ahorita es bañarme, mi orgullo por evitar ver mi cuerpo cada vez más femenino es derrotado por mi necesidad de estar limpio, bañado, aseado. No me gusta bañarme porque puedo sentir cada parte de mi cuerpo cómo cambia, de esta manera me doy cuenta de todo pero primero es mi limpieza antes que mi orgullo. Me recuerda cuando yo lavo a mano mi carro, me daba cuenta de cualquier nuevo detalle, cualquier nuevo raspón que tenía.
Lo que me daba consuelo es que todos estos cambios aún los podía esconder, como sigue siendo temporada de frío puedo seguir usando suéter o sacos para mejor ocultar estas nuevas curvas.
La noche empezó a representar otro reto para mi, cuando llegaba el momento de desconectarme del mundo laboral y social y tener que desvestirme y dormir; al principio era fácil mientras lo único que tenía diferente eran mis caderas pero ahora que mi pene es cada vez más chico y la última vez que me medí mis senos eran copa A y eso fue hace una semana, navegar con mi cuerpo casi desnudo hacía más que notorio el cambio que evitaba reconocer.
Desde que mi pene ha estado adoptando esta nueva forma de labios y vulva y ahora tengo que orinar sentado… tengo que buscar maneras en cómo evitar sentir estas nuevas… posesiones. Al principio se me hacía fácil solamente ponerme mi pijama y dormir boca arriba. Pero ahora se ha vuelto más laborioso.
Ahora tengo que hacerlo con más cuidado para no sentir mis senos, pero lo curioso, y aún más vergonzoso, es que puedo sentir su diminuto peso hasta cuando estoy acostado boca arriba; como siguen creciendo, ya puedo sentir cómo caen hacia a las orillas de mi pecho… hasta en la cama la gravedad está para molestarme.
Mantener mis cambios en secreto sólo lo estaba haciendo más difícil, una cosa es que mis doctores sepan y poder platicar con ellos sobre eso pero no es lo mismo que algún amigo lo sepa y me apoye por todo esto. Tendría que ser mujer, no me gustaría que algún amigo me vea diferente o… peor, empiece a darse ideas; aunque suena enfermizo eso.
Y decisiones inesperadas
Esta tarde al salir de trabajar, aun me quedo muchas energías y no se me antojaba mucho la idea de recluirme en mi apartamento ya que lo he estado haciendo mucho y al mismo tiempo tengo ganas de ir a correr ya que tengo tiempo sin hacerlo. Pensando que a lo mejor me servirá bien y siendo racional que no corro mucho peligro si me pongo alguna sudadera y pantalón deportivo suelto.
Llegando a mi apartamento, estoy considerando bien la opción pero por lo más que pienso no tengo por qué preocuparme y quiero usar estas ganas para hacerlo. Entro a mi cuarto, me desvisto y me quito las vendas de mi pecho pero me dejo los curitas de mis pezones porque seguro la fricción de lo que tenga puesto me molestará después. Pensando que al menos pudiera tener la camisa de compresión para evitar sentir el rebote de mis senos y así pudiera estar más cómodo al usarlo con una sudadera. Ya no veo mucho peligro por ser descubierto.
Me fijo en el espejo y aunque sí se notan un poco mis curvas me parece que no llamaría la atención ya que… cada quien está en lo suyo y mi rostro aún sigue pareciendo varonil, es mejor que tenga descubierto mi rostro y cabello para que cuando alguien voltee a verme, ya pierdan el interés y no volteen a ver otra parte de mi cuerpo, espero. Tomo un respiro y abro la puerta.
Salgo del apartamento y, aún con poca luz, me empiezo a dirigir al parque que está cerca.
Por hoy, esta tarde quiero olvidarme un poco de todo lo que me está pasando y tratar de dejar a un lado cómo pudiera verse este cuerpo que cada día se parece más a la de una mujer.
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