Edit 2021: añadí más historia, arreglé errores de ortografía y redacción con la intención de eventualmente hacer una continuación.
Leer a Parte III.
Parte IV
Mi primer día
A pesar de la emoción y nervios por finalmente tomar esta decisión y por fin dejar a un lado mi ritual de actividades para esconder algo que ahora ya acepté, he tenido una semana muy pesada y empiezo a sentir su efecto sobre mi cuerpo… como que todo aquello que he estado tensionando para no sentir finalmente pudo relajarse y con ello sentir lo cansada que realmente estoy, llegó la hora de poder finalmente descansar.
Aún desnuda, dejo a un lado mi selección de ropa ajustada que anteriormente usaba para dormir y me dispongo a por fin usar ropa floja y cómoda. Un pants y camiseta. Esta combinación me recuerda cuando solía ver a mujeres y me gustaba cómo se veían, sencillas pero femeninas. Ahora que soy yo quien está vestida así… creo que me gusta.
Por primera vez después de mucho tiempo, abro las cortinas con las intenciones de despertar con luz, ya es hora de acostarse. Esta noche por fin puedo sentirme relajada después de tanto tiempo, siento que finalmente podré dormir y descansar totalmente.
Anteriormente al saber de mi condición, tomaba muchos esfuerzos para negar lo que pasaba sin tomar en cuenta que me quitaba mucha energía y cuando llegaba el momento de descansar aún seguía usando esfuerzos que me privaban descansar como debía.
Ahora que ya me acepté, ya no tengo que hacer eso y al fin podré descansar como debe ser; ya no me pondré tenso… digo… tensa al dormir y ya podré acomodarme para buscar una posición más cómoda, sin temor de que esa posición haga que la gravedad me recuerde a una realidad que ya quiero aceptar.
Al estar consciente de la paz que ahora me circula, me quedé un tiempo quieta para poder sentir mi cuerpo relajado con la intención de descansar; estando así disfruté un momento esta sensación y, acordándome de mi pacto que hice, decidida para empezar mi nueva vida como mujer y todo lo que conlleva.
Esa sensación de paz y tranquilidad se convirtió en un poco de nervios en el momento que me acomodé a mi costado y sentí cómo mis senos colgaban de mi pecho, por un segundo había olvidado ese detalle, volteé hacia ellos para verlos, cómo uno colgaba y el otro descansaba sobre la cama, anteriormente evitaba mirarlos y generalmente trataba de ignorarlos pero ahora que ya los acepté, es algo más con lo que aprenderé a vivir… aparte me gusta cómo se sentía y veía, jamás pensé que pudiera verlos de esta nueva manera.
De todo lo que ahora es mi cuerpo, mis senos son los más relevantes, ni mis curvas, mi piel, mis nalgas o mi vagina tienen tanto impacto como lo son mis senos; no es que sean por su tamaño, que sí los considero grandes pero porque ahora tengo dos partes de mi cuerpo que se extienden fuera de mi pecho que con cada movimiento que daré me recordará que están ahí y eso es lo que me tomará más tiempo acostumbrarme; más que ya no sentir mi pene, ser más sensible al tacto o abarcar más espacio en mis caderas y, cómicamente, sentir más acolchonado cuando me siento. Considero que los senos son aquellos que siempre va con la mujer, lo primero que se notan y lo que yo siempre buscaba ver en otras.
Y por ahí va mi miedo, saber que hay personas que lo primero en que se fijan al ver una mujer son sus senos y buscar la manera en cómo llegar a ellos y si no pueden al menos buscar cómo verlos.
Pero en vez de seguir este camino a la perdición de todas las cosas malas que pueden pasar mejor me detengo… mejor dormiré.
En la mañana me levanto para empezar mi día, tengo planes de verme con mi amiga ya que me dijo que vendrá antes de medio día entonces tendré un rato antes de que llegue.
Despierto con un cuarto iluminado, contrario a como se volvió costumbre, anteriormente dejaba las cortinas cerradas para evitar que la luz me recordara de mi cuerpo pero esta vez quise despertar con los rayos del sol y poder ver mi entorno con estos ojos de mujer. Me levanto y me dirijo hacia el espejo, aquel que una vez tapé para evitar ver mi reflejo.
Al destaparlo, me sorprendió ver la imagen de una mujer volteando a verme, mi rostro femenino ya era diferente a lo que acostumbraba a ver en un espejo, me da una sensación extraña al no conocer este reflejo pero sabía que dentro de mi siempre lo he sido; mi cuerpo, aún con todo lo que hacía para disimular, se podía notar las curvas pero el aura que ahora transmitía era ahora de un ser femenino. Todo complementado con unos senos que me parecían agradables. ¡Vaya la diferencia que hace ver todo con ojos de aceptación!, y más importante, con luz de día.
Hace un par de años tenía la curiosidad de saber cómo sería si hubiera nacido mujer… jamás pensé que esa pregunta tendría una respuesta, parezco a una versión joven de mi hermana, seguramente algún conocido o familiar me confundiría y creería que soy familiar a ella.
Pero, esa alegría se volvió nuevamente en nervios al pensar que tengo que bañarme. Desconocer qué reacción tendré ahora que me hice el propósito de aceptarme tal cual y no detenerme a lo que su tacto me provocaría… Ya no quiero seguir ignorando mi cuerpo y su sensación.
Quiero volver a ver mi cuerpo antes de meterme a bañar para aprovechar esta luz y mientras estoy frente al espejo. Me quito la camisa sin el cuidado que antes hacía para evitar sentir mis senos. Ahora con un poco de tranquilidad puedo admirar cómo la luz de día está sobre mi pecho descubierto.
Con nervios me acerco a la regadera con la disposición de desnudarme y meterme a bañar. Me quito el pants pero esta vez sin el cuidado que antes tenía, como todo esto es muy nuevo, me llamó mucho la atención la sensación de un agradable zangoloteo al bajar para quitármelos. Fue una sensación rara pero placentera porque sentía cómo mis senos descubiertos empezaban a colgar, puede que me guste hacer esto.
Abro la llave y prosigo para empezar a bañarme.
Después de que se empezaron a desarrollar mis senos, no me gustaba bañarme por sus implicaciones de verlos, tocarlos y sentir cómo le cae el agua. Solía bañarme lo más rápido posible sin darme la oportunidad de disfrutar el tacto. La técnica de ignorar todo esto funcionó tanto que ya podía pasar por toda mi rutina de baño sin sentir mi cuerpo. Aunque hubo un par de ocasiones que me llegaba a perder al tocarlo pero fueron mínimas las veces.
Esta vez, al igual que aquellas veces que me perdí, me dio gusto enjabonarme y poder sentir esa sensación de placer mientras masajeaba mis senos, cómo podía sentir mi delicada piel y sensibles pezones; cómo al poner presión sobre ellos sentía cómo se retraían y recuperaban su forma original al soltarlos, me pareció gracioso, como cuando jugaba con mi pene presionándolo.
La vista y sensación fueron placenteras, mi acto seguido fue seguir enjabonando mi cuerpo hasta llegar a mis nalgas, que también podía sentir esa misma sensación al presionarlas, sentir cómo rebotaban al soltaras y finalmente apreciar sus dimensiones.
Pasé mis manos entre mis piernas pero omití acercarme a mi vagina… aún no estaba lista para sentir su tacto, con lo de anoche era suficiente por unos días.
Terminé mi baño aplicando shampoo a mi cabello, noté que mi corte no sería apropiado para la mujer que ahora quiero ser, creo que tendré que buscar un estilo apropiado pero… de poco a poco.
Así como este baño que me acabo de dar así serán todos los de ahora en adelante, es mejor que me acostumbre a esto.
Al cerrarle a la regadera, me di una pausa para reflexionar qué pasará ahora, ¿qué es lo que no estoy considerando?, ¿qué dificultades podré tener con esta decisión? pero más importante, ¿qué pasos son los correctos que debería de tomar ahora?… Creo que con el tiempo me iré dando cuenta, creo que me dejaré llevar usando mi sentido común cuando se vayan acercando conflictos.
¿Qué les diré a mis conocidos?, ¿me creerán que cómo es que terminé siendo así?, ¿alteraré mi comportamiento de acuerdo a mi apariencia?, ¿le digo a mi jefe?, ¿me cambio mi nombre en mi registro?.
Cuando regrese a mi tierra natal en vacaciones, ¿cómo le diré a mis amigos que seguro tienen ansias de verme?… ¿a mi familia?.
Otra vez me estoy adelantando, un paso a la vez… Salgo de la regadera.
Primeros pasos
Al empezar a secarme, no puedo dejar de notar mis piernas, a pesar de que tengo menos vello aún puedo ver uno que otro y como quiero empezar con mi nueva vida apropiadamente tendré que rasurármelas, al igual que mis axilas. Creo que esos pequeños cambios me servirán para estar enfocada en lo que ahora quiero ser.
Anteriormente, cuando aun me salía barba, solía dejarla lo más que podía para que escondiera el rostro femenino que de poco a poco se hacía más aparente pero cuando llegó el momento de que ya no era creíble decidí quitármela ya que nadie se la creería, desde entonces ya no me crecía como antes. Creo que tendré que comprarme un rastrillo apropiado ya que quiero que mi primera rasurada de piernas salga bien, lo anotaré a la lista de cosas por comprar.
Regreso a mi cuarto para alistarme para cuando llegue mi amiga, al volver a ver mis opciones de vestimenta me quedo pensando que tendré que invertirle tiempo para definir un estilo apropiado a lo que quiero ahora, nada revelador pero femenino e ir a comprando un paso a la vez.
Agarro las únicas opciones que tengo por ahora, saco mis calzones de algodón sin estilo, un pantalón deportivo que me queda un poco grande pero no tengo uno más adecuado, mi sostén deportivo que lo siento un poco apretado, seguido con una camisa y luego un sueter para tratar de disimular mis curvas. Me veo en el espejo y ya puedo ver un poco de seguridad en mi convicción, hasta creo que no me veo tan mal. Doy una vuelta para evaluarme y gracias a mi atuendo casi no se notan mis nuevas curvas, no sé si atraería más atención así pero definitivamente me veía como una mujer. Me recuerda cuando veía otras vestidas así sabiendo que tienen buen cuerpo escondido, me gustaba mucho imaginármelo. Espero yo verme así de bien con ropa adecuada… después.
Me quedo un rato más viéndome en el espejo, jugando un poco con poses, viéndome en diferentes ángulos incluso desacomodándome el cabello para que no se vea tan ‘varonil’, creo que lo dejaré crecer.
Escucho que alguien toca la puerta… llegó más temprano de lo que esperaba.
-Hey, soy yo. ¡Te traje algo!-.
Mi corazón empezó a latir rápidamente, ahora mi amiga me verá con luz de día y con ropa más apropiada a mi cuerpo, me empecé a poner nerviosa y por un minuto dudo en abrirle la puerto pero esto es lo que decidí y seguiré adelante.
Abro la puerta.
Lo primero que veo es su agradable sonrisa junto con varias bolsas en sus manos, ¿me trajo un regalo?.
-Hola… ¡wow, te ves super bien!. Mira, quise traerte algo de ropa porque a lo mejor lo ocuparías.-
Me dio gusto escuchar esas palabras, hasta me animaron. La saludé con un abrazo y la dejé pasar, dejando las bolsas en el piso.
-Qué, ¿lo que tengo no se me ve bien?-, le digo nerviosamente al verme, sabiendo su respuesta.
-No se te ve mal pero sabes que esa ropa se te ve un poco grande-, para lo cual ella tenía razón.
-¿Qué te parece lo que tengo puesto, parezco que antes era hombre que acabo de pasar por todo un proceso que terminó dejándome como mujer?.-,
tengo la impresión que aunque tengo las mejores intenciones de ahora ya empezar bien, había algo que me detenía para aparentar lo que ahora quiero mostrar.
-Bueno, a lo que me refiero es que no sé cómo me veo, una parte de mi me dice que me veo decente y pasable considerando por todo lo que pasé pero otra me dice que me parezco al monstruo de Frankenstein con algunas partes de hombre y otra de mujer!-.
-¡Claro que te pareces a una mujer!, digo no, antes no lo hacías tan mal al quererlo esconder pero ahora te ves diferente, algo te hiciste que te hace lucir diferente pero no sé qué es-.
Le di una sonrisa pero con ciertas reservaciones, queriendo creerle que voy por buen camino pero más importante saber que es la mejor decisión.
– No te estoy mintiendo, ¡te ves bien!, creo que es que ya te decidiste por tomar este camino, cambió tus ánimos, tu postura, ¡tu sonrisa!.
Le empiezo a creer, yo también lo empiezo a notar. Se acerca a las bolsas y empieza a sacar varias prendas, un par de pantalones de mezclilla, un par de sueters, camisas, sostén deportivo.
-Como tu super amiga que te ayudará, quise traerte esta ropa para ver si te queda y agrada, creo que somos de las mismas medidas, seguro una te quedará. No te traje un sostén normal porque sé que quieres llevar esto de poco a poco, ¿o sí te hubiera gustado eso?.-
Una imagen pasó por mi cabeza en donde ella está midiéndome con una cinta para atinarle a la medida, por un segundo me gustó lo que pasaba por mi mente pero ahorita no era el momento para pensar en eso de esa manera, un paso a la vez.
-¡Muchas gracias por el detalle!, sí de hecho me ayudas mucho con este favor y sí, un paso a la vez con este nuevo modo de vivir, si quieres dejamos el sostén para después y vamos a comprarlo a una tienda.-
-¡Sí, y te compras uno bonito con encaje!.
Le doy una sonrisa nerviosa y agarro la ropa para irme a mi cuarto para probármela. De las opciones que veo, creo que me iré por el pantalón de mezclilla primero. Me quito mi pants y me pruebo el pantalón.
Lo primero que noto es su material más flexible, a diferencia de los pantalones para hombre. Pero lo sentía muy apretado, a lo mejor es una medida muy chica, por suerte me trajo otro más grande.
Al ponerme el otro, desde que me lo colocaba en mis piernas podía sentir y ver la diferencia.
-¡Vaya, éste sí se siente bien!-, y me gusta que no me queda ni muy flojo ni muy ajustado, también que se ajusta mejor a mis nuevas curvas, sobre todo arriba de mis caderas; al verme en el espejo no hacia notar demás mis curvas, que es algo que tengo miedo, no quiero algo muy femenino y mi amiga sabía de estilos.
Ahora, me quito mi sueter, camisa y sostén deportivo apretado que traía y me doy un vistazo cómo me veo ahora con este pantalón. A pesar de estar semi desnuda el traer un pantalón más de acuerdo a lo que quiero, ahora me da una imagen diferente a mi persona. Juego un poco con poses, pongo mis manos sobre mi cabeza para ver cómo se ven mi nalgas, hasta me gusta ver la silueta de mi espalda y cómo colgaban mis senos… me veía diferente y me gustaba pero me da miedo admitirlo.
Agarro el sostén deportivo que me compró y desde que me lo acomodé podía sentir una gran diferencia, hice pruebas de brinco para sentir el rebote de mis senos, eran mínimos y más cómodos. El miedo que tengo de usar prendas más adecuadas se estaba haciendo más injustificado considerando lo cómodo que se sienten, tenía la idea de que apretarlos era la mejor opción para esconderlos y temía que no los esconderían tan bien pero no fue así, todo este tiempo sufrí en vano, ahora ya sé más.
Ya animándome más al verme en el espejo nuevamente, recuerdo aquella vestimenta al ver otras mujeres de andar bien cubiertas con sueters y aún verse bien. Con eso en mente, agarro una camisa blanca y un sueter gris con gorro. Me sorprende que mi amiga le atinó bien al estilo y medida. ¡Me veía bien!.
Había algo que empecé a sentir al verme nuevamente en el espejo. En una de sus esquinas tenía una foto mía de cómo me veía antes de que empezara todo este proceso. Con esta ropa, todos estos cambios me parecía una persona totalmente diferente, ya no soy la misma de antes.
¡Estoy lista para salir a la calle!. Salgo del cuarto y lo primero que hace mi amiga es alegrarse.
-¡Wow, te ves super bien!.
-Confieso, dudaba de la ropa que traías pero supiste qué es lo que ocupaba sin decírtelo-.
-¡Ves, le atiné!… ¿lista?-.
No sé quién estaba más ansiosa por salir a la calle pero al menos sé que yo estaba más nerviosa.
-Sí, estoy lista.-
A la calle
No creí que me fuera a sentirme tan nerviosa como en este momento, aunque sé que no tengo prendas reveladoras y tengo a mi amiga a mi lado, me siento muy rara tener estas prendas, salir a la calle así y más impactante con el propósito en que lo ando haciendo.
Por ser mi primer día, no puedo creer que ya estoy en la calle sin estar envuelta totalmente en pánico al caminar las mismas calles que una vez caminé como cuando era hombre y mientras pasaba por esta transición. Todo se sentía diferente y me sorprendía la diferencia que hacía el hecho que ya acepté lo que soy y ya no tener que hacer de más para ocultarlo.
Después de que se empezaron a desarrollar mis senos, los empecé a cubrirlos, comprimirlos y generalmente hacer todo para evitar sentirlos y así ocultarlos del mundo. Ahora que los tengo relativamente sueltos por primera vez comparado con tenerlos apretados siempre, podía sentir su presencia por cada paso que daba, tanto sus movimientos como hacerlos notar en mi ropa… me ponía nerviosa saber, ver y sentir todo esto.
-Estás bien, no pasa nada-, me decía para tranquilizarme notando mi ataque de pánico. -No pasa nada, sé que es difícil pero ya que te acostumbres a todo esto ni los notarás-. Me parecía extraño cómo ella podía caminar sin preocupación estando yo totalmente consciente de todo mi cuerpo, y casi en pánico por cada paso que daba. -Cuando tienes gran parte de tu vida con estos, ya ni los notas.-, me gustó escuchar eso.
Tenía razón, aunque lo que más me preocupaba era esta nueva sensación que ahora siento sobre mi pecho y qué pudiera opinar el mundo acerca de ellos. Ya no son pequeños y ahora ya se notaban, por una parte espero que sigan creciendo pero por otra parte no porque seguro atraerán atención.
La atención, es algo en lo que pienso por cada paso que doy y como habrá aquellas personas que siempre están atentos a ellos y su deseo por ver y tocar, si yo lo hacía seguro alguien más también… obvio.
Y ahora que yo tengo, usarán mis senos para definirme como mujer, peor… que me vean con lujuria, saber que me pueden ver así me pone nerviosa. Pero ahora ya son mis valiosas posesiones que tendré que cuidar, por el momento evitando escotes y prendas reveladoras, aunque no tengo planeado comprar ese tipo de ropa… por el momento.
Todo esto me cuestiono al voltear a ver cómo ligeramente rebotan los míos y luego volteo a ver los de mi amiga, que brincaban más libremente con sus sostén menos constrictivo.
Yo sólo quiero sentirme cómoda con ellos así como lo hace ella.
Vaya qué manera de empezar. Van a hacer meses muy difíciles…
Epílogo
Ya pasó un año desde aquella noche que decidí aceptar mi cuerpo.
Después de aquella noche, tomó varios meses para que dejara de notar el desarrollo de mis senos, por fin marcando el final de mis cambios. Según mis doctores dicen que esas serán las medidas que tendré regularmente, al menos que mi peso cambie o esté en mi periodo, algo que aún no me pasa pero eso ya es otra historia.
Despierto como cualquier otro día, me meto a bañar sin poner atención a lo que ahora es mi cuerpo y lo lavo como cualquiera lo haría, termino y empiezo a arreglarme para mi día. Regreso a mi cuarto para empezar a vestirme, empiezo con unos calzones tipo hipster con un toque de encaje color negro, ya se me hizo normal la sensación de agacharme para ponérmelo, al principio se me hacía raro sentir cómo me colgaban los senos y en ocasiones tener que moverlos con mi mano cuando me rasuro ya que no me dejan ver qué y cuando me visto tener que hacerlo para saber si me estoy abrochado bien mi pantalón, lo cual me pareció gracioso pero me fui acostumbrando. Para llegar a encontrar mi estilo preferido de calzones tuve que comprar varios tipos diferentes pero finalmente éstos se me hicieron los más cómodos, es curioso que el hombre puede tener un sólo tipo y poder usarlo con cualquier prenda pero como mujer cada estilo va con diferentes tipos de caderas y nalgas.
Pasé por varias medidas de sostén conforme fueron creciendo mis senos, a principio parecía que no usaba la medida correcta pero finalmente le entendí la relación de número con letra, las medidas con las copas y las diferencias del tipo de sostén.
Mi sostén ya es adecuado a mis medidas, batallé al principio para determinar el estilo y el tamaño correcto ya que no sabía qué medida tendrían, al final tuve que ir a una tienda de lencería para saber el adecuado. Ese día, cuando estaba en la tienda y me estaban midiendo, me daba mucha pena que otra mujer me vea con mis senos descubiertos, aunque las que me ayudaban jamás se imaginarían de que tenía relativamente poco con estos senos… o con cuerpo de mujer. Resulta que mi medida ideal de sostén, según la señorita que me atendió, es copa F, o DDD, la verdad no entiendo porqué usan diferentes maneras para ponerle letras a los senos, ¡pero vaya la diferencia que hace cuando andas con un sostén justo a tu medida!.
También me tomó algo de tiempo para acostumbrarme a usar sostén a diario, la idea de tener que usar esta prenda fue para mi más impactante por la relación que tengo con mi senos, una relación rara entre agrado ya que me gusta cómo se me ven y sienten y me gusta cómo complementan mi figura pero al mismo tiempo sentir desagrado y hasta cierto punto sentirme aprisionada a ellos por la historia que tengo ya que fue lo primero que rechacé al estar notando mis cambios.
A veces despierto con ese desagrado hacia mis senos lo cual lo hace más evidente tener que ponerme algo para sostenerlos. Sentir su tela alrededor de mi cuerpo, la presión de las copas en mis senos y la presión de los tirantes sobre mis hombros y espalda y todo eso me crea un recordatorio de que están ahí y siempre lo estarán, esos días de flojera en particular son cuando los siento más pesados y noto más sus movimientos al caminar o moverme en general. Mi doctora me dice que son por los cambios de hormonas pero mi teoría nada científica me dice que es mi subconsciente rechazando la idea de lo que soy ahora.
Pero creo que es algo que voy mejorando de poco a poco al ya no tener tanto de esos días y pensamientos.
Aparte, esta sensación de sentir presión sobre mi espalda y hombros y generalmente sentirme cansada al final del día y esperar a tener la oportunidad de poder quitármelo es algo que antes no entendía cuando era hombre y escuchaba a mujeres decirlo. Ahora siento un gran alivio que no puedo poner en palabras cuando llego a casa, me quito cualquier top seguido por el sostén. Esa sensación de liberar mis senos y sentir la frescura sobre ellos desnudos supera el tomar café por la mañana.
Cuando mis senos eran chicos, era fácil poder usar algún corpiño o alguna combinación de camisa y sueter para que no se noten tanto, cuando caminaba no notaba tanto sus movimientos pero conforme fueron creciendo al punto de que su rebote se fue haciendo cada vez más notorio y agitado al caminar, me fui forzada a tener que usar sostenes con mejor soporte y más cuando hacía calor y sólo quería usar algún top delgado como alguna camisa.
A veces me gusta el tamaño de mis senos, otras veces extraño cuando eran chicos o incluso cuando no tenía, definitivamente fue lo más difícil para poder adaptar pero en su mayoría me gusta su tamaño, su forma, cómo se me ven y se sienten.
Cuando se trata de usar lencería, trato de combinar mi sostén con el calzón cuando no estoy de prisa, ya que me gusta saber que estoy combinada.
Escojo unos de mis sostenes favoritos, uno negro de copa completa minimizador que también tiene un toque de encaje. Me veo en el espejo y me gusta verme con semejantes prendas íntimas.
De hecho, siento como si hubiera ayudado bastante superar mis traumas de que todo mundo quiere ver mis senos al enterarme de qué tan bien funcionan estos sostenes tipo minimizador. Me hacen sentir como si rebotaran menos y se vean más chicos… si no fueran por ellos creo que esta transición sería un poco más difícil.
No me maquillo mucho, aún no lo sé hacer bien pero me gusta cómo se ve con un toque mínimo. Como aún estoy aprendiendo a ser femenina, siento que hay muchas cosas más importantes por hacer y maquillarme bien está al último de mi lista de prioridades; me han comentado que se me ve bien lo poco que me hago aunque a veces me apena escuchar ese tipo de comentarios. Sólo me pongo para cubrir las ojeras con corrector y lápiz labial, ando aprendiendo a usar el delineador pero no le atino aún, no sé cómo las mujeres que lo hacen en el carro no se sacan un ojo. A pesar de que todo esto sigue siendo nuevo para mi, me gusta.
Anteriormente me han maquillado completamente y sí me ha gustado cómo me veo pero como aún me estoy acostumbrando a vivir así, prefiero hacerlo de poco a poco y a mi paso. Aprendí que es mejor maquillarme después de vestirme, terminaba manchándome toda y tenía que cambiar de prenda y esta vez sin manchar.
Lo gracioso fue todo este proceso de empezar a usar maquillaje, me sigue pasando que se me olvida que estoy pintada de la boca y me ando tallando la cara y cuando menos me doy cuenta ya corrí toda la pintura por todos lados.
Me pongo un pantalón de mezclilla que recientemente compré, fijándome que no se me note el calzón, cosa que aprendí a tomar en cuenta cuando estaba en búsqueda de qué estilo usar y así desvío un poco la atención a mis nalgas, que las considero atractivas. Me pongo una camisa que abraza mis curvas seguido por un sueter gris obscuro suelto, siempre me ha gustado cómo se veían las mujeres con pantalón y usando alguna camisa suelta, sencillas pero me parecían sensuales, quise adaptar ese estilo para mi; tener una prenda que abrase mis curvas pero sin tener que hacerlas muy aparente. Como está haciendo frío puedo ponerme una chamarra ligera junto con una bufanda.
Mi atuendo lo considero modesto y nada revelador, no me gusta mostrar escote, mucha pierna, abdomen o espalda; aún no me animo a usar vestido ni falda porque no me siento segura al atraer atención que no quiero, usar shorts y pantalón toda mi vida antes de mis cambios me ha dejado acostumbrada a querer seguir usándolos, algo nuevo que poco a poco he estado aprendiendo a controlar; pero me gustaba vestirme bien, combinada, atractiva… femenina con pantalones y blusas semi-justas, no apretadas. Aunque me gusta la idea de que algún día empiece a usar ese otro tipo de ropa que por el momento no me animo a hacer.
Una vez Aracely me animó a salir con vestido pero no me gustaba cómo resaltaba mis curvas, que siento que tenía mucha piel expuesta y aunque era bonito y se me veía bien; decidí no hacerlo, me incomodaba sentirme desnuda con una tela tan ligera y pensar que atraería demasiada atención aunque sé que es pura paranoia; no descarto la idea de usar ese tipo de ropa… eventualmente.
Tengo un vestido y una falda y lo uso dentro de mi apartamento para irme acostumbrando, algún día saldré con el, eso sí lo sé.
He estado trabajando en mis delirios de que TODO mundo me pudiera estar viendo, tengo una terapeuta que me ha ayudado a poder llevar bien esta transición, aunque haya momentos y lugares donde no hay gente aún me da ansiedad, de poco a poco he estado aprendiendo a manejarlo mejor. No ayuda que mi amiga me dice que soy bonita pero al mismo tiempo me gusta que me lo diga.
Mi cabello lo dejé crecer desde que acepté mi nuevo cuerpo, antes lo tenía corto pero ahora me llega por los hombros pero quiero dejarlo crecer más. He aprendido a acomodarlo con algunos estilos pero nada sobresaliente ya que también ando aprendiendo a hacerlo.
Ya aprendí a hacerme trenzas, es una técnica que me gusta cómo se le ven en mujeres, le da un buen toque de feminidad, a veces me hago una para acomodarme el cabello al salir a la calle. No creía antes que el cabello suelto pudiera ser tan molesto en días con mucho viento, cuando manejo con la ventana abajo, hace mucho calor, me baño en la noche antes de dormir o estoy comiendo algo. En la mañana a veces no tengo mucho tiempo para estar experimento y mejor opto por una simple media cola. Con este atuendo me lo dejaré suelto, siento que se me ve mejor así.
Me fijo que todo mi atuendo, maquillaje y peinado se me vea bien en el espejo, me acomodo los tirantes del sostén para que estén a la par con los de mi camisa y no se noten y después ajusto mis senos para que estén bien posicionados dentro él. Termino con una sonrisa, agarro las llaves y celular para empezar mi día.
Bajo por las mismas escaleras que antes bajaba temiendo el rebote de mis senos, ahora ni les pongo atención. A veces lo recuerdo y me vuelvo consciente del rebote pero ahora me gusta su sensación, los sostenes hacen maravillas.
Al caminar hacia mi carro, tiendo a ponerme mis lentes de sol principalmente para esconder mi vista cuando miro a los demás, antes me incomodaba mucho saber que me podían ver y otras veces podía ver cuando voltean a ver a mi cuerpo pero ya con el paso del tiempo ya no me impacta… tanto.
Entro a mi carro y me dispongo a manejar hacia mi trabajo.
Durante este largo periodo de ajustes, me he preguntado si mi atracción hacia las mujeres cambió ahora que yo también soy una. Poco después de que me acepté, cuando caminaba por la calle seguía notándolas de la misma manera como cuando era hombre, seguía volteando a sus senos y nalgas y seguía sintiendo una atracción que creí que ya no sentiría debido a lo que soy ahora; Aracely me preguntó un día lo mismo pero no sabía cómo contestarle, sólo le comenté de mi atracción hacia mujeres en general. Una vez quiso hacer un experimento y la acompañé al parque donde normalmente hago ejercicio para ponerme a ver hombres, cuando notaban que los veía éstos me sonreían. Una vez uno se me acercó en un bar, cosa que me tomó mucho esfuerzo estar rodeada por mucha gente pero el alcohol ayudó y no sabía qué hacer… sólo me ponía nerviosa por la atención que me daban pero no sentía atracción como cuando veo a mujeres, me sigo sintiendo atraída cuando les hablo, entonces asumo que mi gusto por ellas no cambió… ¿Eso me hace lesbiana?, como no he estado íntimamente con una desde que empecé a cambiar, aunque a veces me gustaría, no sé sí reaccione igual… tendré que experimentarlo algún día.
Poco antes de aceptarme, la sensación de convertirme en algo que no quería me daba la sensación de sentirme como si estuviera en otro cuerpo, uno del que no podía escaparme. Al caminar, solía ver a mujeres de mi edad y temer ver lo que mi cuerpo eventualmente sería y luego volteaba a ver mujeres de mayor edad pensando que tendré que ver cómo maduraría en un cuerpo al que no puedo escapar, uno en el que no quiero estar.
La mayoría de mis conocidos ya saben de mi historia, al menos a los que sí les quise decir. Mi familia lo tomó bien, al principio no se podían creer que algo así me hubiera pasado hasta incluso mi mamá se le hizo raro todo pero ya con el tiempo se volvió todo normal para ella. Hasta siento como si ahora somos un poco más cercanas, lo mismo con mi hermana que podemos platicar más.
Le dije a la mayoría de mis amigos cercanos y lo tomaron bien, uno me dejó de hablar y a lo mejor sé porqué pero no me importa. Cuando me puedo juntar con ellos, se me hace interesante la dinámica, veo cómo a veces se reservan comentarios porque está ‘una dama presente’, lo cuál se me hace chistoso e insisto a que lo digan sin importar que ahora soy mujer, que se sigan comportando como si tuviera pene, les dije.
A la semana de aquella noche, tuve que hablar con mi jefe porque tengo todas las intenciones de seguir trabajando en la compañía y que este cambio no representaría ninguna alteración a mi profesionalismo. Me entendió completamente y la oficina no representó ningún problema para verme como mujer, ¡benditas leyes de antidiscriminación!.
A pesar de algunos inconvenientes y problemas de ajustes, uno que otro cambio en mi comportamiento tanto consciente como inconscientemente, la verdad es que he aprendiendo a adaptarme de una manera que no pensé que fuera posible.
Ya estoy empezando a disfrutar mi vida femenina a como la estoy llevando, a pesar de las dificultades que he presentado y lo que me ha llevado estar así, lo veo como un reto más a seguir y llevar acabo.
Me emociona saber que entre más tiempo pase más tranquila estaré con este cuerpo y la vida que ahora quiero llevar. A pesar de tuve muchas incertidumbres y temores al principio, todo se ha estado acomodando de una manera que puedo ir dejando todo eso a un lado y finalmente aprender y disfrutar de todo esto, mi vida y mi cuerpo.
Aunque mi doctora me dijo que no tardo en empezar a menstruar, estoy emocionada para cuando llegue ese momento, espero que no sea tan difícil de adaptarse.
Espero.
Fin.
Nota:
Escribir esta historia fue un verdadero reto, no soy bueno para escribir relatos y me costaba trabajo poder asociar una idea con otra de manera ‘lógica’. Más me costaba poder explicar algo de lo cual no puedo saber ya que no tengo cuerpo femenino. Entonces recurría al internet para buscar fuentes que me den información que me serviría para mi relato. Caminar por la calle y ver a las mujeres y cómo se relacionan con el mundo y hasta le hacía preguntas a mi novia sobre qué se sentía tener senos… diciendo que es pura curiosidad.
Referencias:
https://www.quora.com/What-is-it-like-to-be-a-woman
https://www.quora.com/What-does-male-to-female-hormone-therapy-do-to-your-body-and-mind
https://www.quora.com/What-is-it-like-to-have-breasts
https://en.wikipedia.org/wiki/Body_shape
https://en.wikipedia.org/wiki/Female_body_shape
https://www.quora.com/What-do-boobs-feel-like
http://www.sanitas.es/sanitas/seguros/es/particulares/biblioteca-de-salud/ginecologia/aparato-genital-femenino/sin012101wr.html
http://es.wikihow.com/travestirse
http://es.wikihow.com/disfrazarse-de-chico-o-chica
http://www.calculator.net/bra-size-calculator.html
https://www.bustle.com/articles/107005-i-wore-mens-underwear-for-a-week-ditching-my-thongs-for-boxers-briefs
Muy buena historia, a muchos nos gustaría experimentarla.
Muchas gracias, no tengo más que soñar…