Mi historia con pañales, parte II

La segunda parte de mi historia sobre el uso de pañales, aquí trato de narrar cómo algunas de las decisiones que tomé en la universidad y adelante dieron camino a mi uso cotidiano hoy en día. Trato de seguir cronológicamente aquellos sucesos que considero importante a lo que ahora soy relevante al uso de pañales.

Leer la primera parte aquí.

Después de que mi bisabuela falleciera a principios del 2002, dejé de tener la oportunidad de usarlos por un par de años, esto se debe a que a las semanas/meses de su fallecimiento, mis familiares empezaron a sacar sus pertenencias de lo que era su cuarto y para eso también sus pañales. Llegó el día que ya no los vi dentro de su armario. Busqué por toda su casa con la esperanza de que los hubieran arrinconado en algún lugar escondido pero no tuve éxito. Perdí el único acceso que conocía.

Pasaron un par de años para volver a tener la oportunidad de volver a usarlos.

Decisiones….

Por este segundo tiempo de inactividad (el primero viene siendo cuando ya no pude usar los de mi primo), seguía pensando en la sensación de usarlos pero no encontraba la manera cómo.

Considero que hay ciertas decisiones que uno hace para que se mantenga activa esa idea o curiosidad o deseo y si se decide por no llevar esa decisión a lo mejor esa idea o deseo ya no será tan fuerte para hacer algo al respecto hasta pasar al olvido… Pierdes el interés por mucho tiempo de inactividad.

Ya habían pasado un par de años desde la última vez que los usé y durante ese tiempo sólo surgían ideas de volver a usar, pero sin una manera de cómo satisfacer eso no había manera de que florezca ese deseo.

Sólo se ocupaba una buena oportunidad para que reiniciara ese interés.

Hubo intentos

En esos tiempos estaba cursando la universidad y gran parte de mi tiempo se invertía en pasar mis materias, la idea de querer usar pañales ya no pasaba tanto por mi cabeza ya que tenía otras cosas mejores por hacer. Mi fetish dejó de ser tan relevante en esos años.

Pero… hubo intentos

En alguno de los últimos semestres de la carrera, fui a una farmacia para comprar algún medicamento y para llegar al mostrador pasé por uno pasillo que, sin querer, era el de los pañales de adultos; compré lo que tenía que comprar y me retiré sin dejar de pensar en la disponibilidad de poder comprar pañales de adulto en una farmacia, algo se prendió en mi subconsciente y me recordó la sensación placentera de usarlos y el deseo de volver a tenerlos despertó ese deseo por quererlos comprar pero tenía bastante pena y mi falta de experiencia en hacer cosas ‘arriesgadas’ para aventarme a comprarme unos. Algo que hoy en día me cuesta un poco de trabajo hacer.

Unas noche después, recuerdo que estaba sin hacer mucho en la casa y mi familia no estaba. No podía dejar de pensar en esa imagen de esos pañales en aquella farmacia y me ponía ansioso en tratar de decidirme qué hacer al respecto… si me aventaba o no. En un momento de impulso me dejé llevar por el deseo de estar nuevamente en pañales y empecé a formular un plan.

No lo llamaría un plan en específico, sólo agarré el poco dinero que tenía y me aventé con el carro prestado sin permiso hacia esa farmacia. Era algo noche pero pensé que como era farmacia permanecería abierto. Mi enfoque era llegar a esa farmacia sin plan alguno de cómo le haría.

No era lo mismo que ir a comprar algún otro artículo. Pensaba como si el mundo pondría los ojos sobre mi al estar sobre ese pasillo y que me juzgarían por querer comprar algo que no me correspondía, algo tabú… pero quería. Me ponía cada vez más nervioso cada que me acercaba.

Para mi sorpresa, ya había cerrado esa farmacia. Todas esas energías que tenía para decidirme y hacer algo al respecto fueron en vano al ya no tener la oportunidad de emplear la estrategia de cómo los compraría en esa farmacia. Ya no tenía ganas de buscar en otras farmacias aquella noche y ese deseo se fue al no tener éxito, regresé sin intentarlo de nuevo.

Buscando Substitutos

Pasó tiempo desde aquella noche y la idea de los pañales regresara a mi cabeza.

Después de terminar la universidad y entrar a trabajar, dormí un par de meses en casa de la misma tía donde encontré pañales hace mucho. Esta vez me volví a topar con pañales en el baño pero esta vez eran de mi sobrino (creo). Al verlos, algo nuevamente se despertó para volver a sentir esa agradable sensación pero su tamaño ahora eran chicos y obviamente no tendría manera de usarlos… pero la necesidad es la madre del ingenio.

Una noche que regresé de trabajar y aprovechando que todos estaban dormidos, me dirigí al baño para agarrar dos pañales y usé una engrapadora para unirlos y usé cinta adhesiva para asegurarlos alrededor de mi cintura… no era la manera más óptima para ponérmelo pero funcionaba y podía satisfacer ese deseo de estar nuevamente en pañales aunque no eran 2 engrapados.

A pesar de sus limitaciones, saber que tenía de alguna forma un pañal (o dos) entre mis piernas, me daba gusto. Repetí la práctica de usarlos así un par de veces hasta que perdí la agradable sensación ya que preferiría tener unos a mi tamaño y resultaba algo incómodo después de poco tiempo.

Intentando, de nuevo

Pasó un tiempo indeterminado para que volviera a tener esa idea de entrar a una farmacia y comprar pañales de adulto. Hubo una noche después del trabajo que me entró de nuevo esa idea que decidí parar en una farmacia camino a mi casa que sabía que estaría abierta y de la manera más espontánea lo hice y empecé a sentir esos nervios y palpitaciones por hacerlo y tenerlos.

Eran como la 1 de la madrugada, recuerdo que me estacioné y desde luego podía ver dónde estaban los pañales (las farmacias tienden a tener esos productos frente a las ventanas o en los pasillos principales por alguna razón), agarré la primera bolsa que más o menos era lo que buscaba (tenían que ser de plástico), me fijé que fuera adecuada a mi medida (usando como referencia la medida de los pantalones que uso), me acerqué al mostrador tratando de esconder mis nervios.

Desde ese momento, cuando compré mi primer paquete de pañales para adultos, tendría un secreto más para esconder porque la idea de sentirme atraído por algo que no es convencionalmente ‘normal’ sería difícil de explicar y entender… no me importaba, tenía muchas ganas de usarlos.

Como era pasada la 1 de la madrugada, era fácil poder entrar a la casa con mi nuevo paquete de pañales sin que mi familia se de cuenta (sólo vivía con mi hermana y mamá), poder entrar a mi cuarto y cuidadosamente, sin hacer mucho ruido, sacarlos del paquete y colocarlos en algún escondite (aunque para esos entonces tenía privacidad sin temor que de alguien entre a esculcar a mi cuarto) pero siendo la primera vez que entro con pañales a mi cuarto quería estar seguro. Al meterlos en una caja y después al armario, me permití poder agarrar uno, dirigirme al baño y meticulosamente, ponerme uno.

No recuerdo mucho de aquella noche ni cómo hacía para usarlos. Lo que tampoco sabía en esos momentos que la decisión que tomé de empezar a comprar pañales me marcarían hasta hoy en día.

Unos 10 años después de aquella noche hoy en día sigo usándolos, la manera en que los adquiero y me deshago de ellos ha ido mejorando ya que tenía que tener cuidado al no ser descubierto en la casa y buscar la manera de sacar su mejor provecho y hasta tenerlos puestos el mayor tiempo posible.

Los pañales de aquella farmacia eran básicos, ligeros y no de buena calidad, no los podías ‘mojar’ mucho y después de poco el material absorbente se empezaba a desmoronar y terminaban pareciéndose como si tuvieras una bolsa de plástico puesta ya que todo el material quedaba entre las piernas.

Pero, al menos cumplía con uno de los requerimientos, eran de plástico. Ahora en día ya no he encontrado pañales de plástico en estas farmacias.

Internet, ¿porqué no te conocí antes?

Empecé a tener Internet cuando estaba en la preparatoria, no recuerdo cuánto tiempo pasó para que empezara a buscar pornografía. Cuando empecé a ver, era típico de adolescentes: mujeres desnudas y senos. No se me ocurría que pudiera haber porno específico a mi fetish o que hubiera personas que también compartieran este tipo de interés.

No recuerdo qué edad tenía cuando una tarde estaba de ocioso y decidí ver qué podía encontrar con relación a pañales. Para mi sorpresa, encontré contenido de mi interés, aunque no era tan abundante como hoy en día. Recuerdo que Yahoo tenía ‘comunidades’ que personas subían imágenes y es ahí que empecé a deleitarme con pornografía de mujeres en pañales.

Teniendo esto en cuenta, durante mis inicios de mi interés en el internet y aquella noche que empecé a comprar pañales, no se me habría ocurrido que podía usar el internet para comprar pañales.

Hay un foro llamado ADISC.org que frecuentaba y me recomendaron de comprar unos pañales en específico… Abena y una compañía que los suministraba, XPmedical.com


Ahí pude encontrar varios pañales ‘premium’ que no sería fácil de encontrar en tiendas físicas. Como contaba con un lugar donde recibir correspondencia que no sea mi casa, sabría que podía tener privacidad… y aún así me ponía nervioso saber que seguiría satisfaciendo ese lado que me gusta.

Entonces enfocándome en la recomendación, mi primera orden con esta compañía fue en el 2012 según mis records.

Como no contaba con muchos ingresos y en esos tiempos vivía con mi hermano en un departamento, no me podía dar el lujo de comprar más que un par ni tenía dónde guardarlos y como los cuartos estaban chicos, temía que si los usaba harían mucho ruido.

Gastando alrededor de 21 dólares para 4 pañales (que ahora no pagaría 5 dólares por cada uno), eran momentos de gloria al poder disfrutar unos que sí estaban gruesos, tenían buena absorción y de buena calidad. La única desventaja es que no tenía mucho tiempo para usarlos y me daba pena usarlos por encima de mi ropa para salir a la calle. Aparte de que éstos hacían que mis nalgas se vieran muy grandes lo cual limitaba más el querer salir a la calle… o estar alrededor de gente.

Y aún así, no les sacaba provecho

Tuvo que pasar mucho tiempo para empezar a poder usarlos de manera más eficiente… a esto me refiero a quitarme el miedo a usarlos en la calle, alrededor de personas (y más con familiares y conocidos), cómo deshacerme de ellos sin levantar sospechas, buscar cómo usarlos el mayor tiempo posible, dormir con ellos. Y generalmente buscar cómo incorporarlos a mi vida cotidiana con gusto…

También dejar a un lado el conflicto interno que me daba al disfrutar algo inusual, el tratar de entender porqué tenía este gusto (que aún no resuelvo) y buscar cómo manejar este secreto con personas cercanas (hasta hace poco le dije a mi pareja, a lo mejor hago otra entrada sobre el tema) y más que nada poder disfrutar esta actividad.

Conclusión

Debo admitir que se me dificultó mucho escribir esta entrada, no sabía qué poner y parte de los puntos de mi historia ya no los recuerdo. Mi intención con esta entrada es dar un recorrido a los puntos claves de esta experiencia y creo que lo abarqué adecuadamente… no sé.

Veré que otra cosa se me ocurre escribir.


2 opiniones en “Mi historia con pañales, parte II”

  1. En las mujeres lo teneis más faci poneis un pañal luego unos leotador y una falda corta o larga , un vertidor y nairi l nota cada cuatro horas cambrias de pañales como devain bloso naide se entrera.

    En cambrio los hombres es muy dificir dicimular los pañales primero llevamos palones nos hacer un brulto henorme y feo

    1. Gracias por tu comentario. Yo creo que cualquier prenda que vaya pegado a tu cuerpo revelará tus pañales y el bulto que éstos ocasionan son muy notorios a diferencia de tener nalgas grandes. Pañales ligeros o relativamente medianos le dan un buen volumen a tus nalgas pero ya más grandes se notará que hay algo diferente. Al menos eso he notado cuando yo uso. Para los hombres no hay mucho que puedas usar para esconderlos pero para la mujer pudieras usar cualquier falda mientras no esté justa, creo. A lo mejor después me tomo unas fotos con falda para hacer notar la diferencia y si puedo esconderlos bien y comprobarlo.

      Saludos!

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